Un recorrido por los principales asentamientos de la dispersa y minoritaria comunidad italiana en México, realizado por el presidente de los Comités y personal de los consulados de la capital y Veracruz, se convirtió en un "viaje a la memoria" lleno de nostalgia y emociones. "Fue un cara a cara entre el Comité, el consulado y la gente" relató a ANSA el presidente Giovanni Buzurro, quien calificó de exitosa esta primera misión que encabezó durante tres días a fines del mes pasado, porque logró reunir a una buena cantidad de residentes. Al menos se logró reunir a 300 descendientes de los primeros inmigrantes italianos en México, de los cuales 82 se dieron cita en un restaurante en la capital mexicana y otros más en Chipilo, el asentamiento más exitoso de inmigración italiana en el país, la ciudad de Orizaba, y en la Colonia Manuel González, estado de Veracruz, indicó. "Pudimos sentir el pulso de los italianos que viven en México", afirmó Buzurro, y dijo que a la misión se sumaron el cónsul italiano en México Flavio Sereni, el rector presidente de la Academia de Arte de Florencia Fabio Caselli, el presidente del Comites de Costa Rica Giovanni Cacace, y el cónsul honorario en Veracruz Emilio Zilli. "Fue un viaje a la memoria. Ha sido una hermosa experiencia.
Me emocionó mucho. Hay mucha nostalgia de algunos que quisieran ir a Italia. Hay gente que le fue muy bien como a otros que no les fue bien y quienes nunca han podido ir.
Jóvenes que estudian en Italia. Es maravilloso y será el primero de muchos viajes", expuso. Por su parte, el vicepresidente de los Comites Antonio Mariniello dijo en una crónica difundida por Facebook que "fue una experiencia inolvidable, llena de entusiasmo, con historias y emociones que han literalmente sacudido a la delegación entera". Se trató de "un despliegue de italianidad y de comunidad que no se veía desde hace mucho tiempo aquí en México y que incluso, para ser honestos, nunca se había sentido", afirmó Mariniello. En Chipilo, a unos 15 minutos en automóvil de la ciudad de Puebla, capital del estado homónimo, a unos 120 kilómetros de la capital, hubo un encuentro con el actual alcalde Avelino Berra, también descendiente de italianos y el concejal Alfredo Dossetti. A la reunión se sumaron profesores de la Benemérita Universidad Autónoma de Puebla (BUAP), entre ellos el eminente investigador Giuseppe Lobrutto. La segunda reunión fue en Orizaba, al pie del Pico del mismo nombre, la montaña más alta de México, y la tercera en la Colonia Manuel González, cuna del asentamiento más antiguo de italianos que llegaron a bordo del buque Atlántico entre 1881 y 1882. Las familias tienen un lema "Primero Dios, segundo la familia, tercero el trabajo", adoptado desde que subieron al barco, que fue el May Flowers de la inmigración italiana en México, recordó Buzurro. "Platicamos con la gente de nuestras ideas. Le dimos informaciones sobre lo que son nuestras autoridades y cómo resolver nuestros problemas. Fue una labor de contactos, porque a veces se sienten desprotegidos", afirmó. "Les hicimos saber que somos magnavoces y altoparlantes de los italianos y tenemos contacto con el gobierno mexicano y el italiano para poder resolver los problemas de nuestros conciudadanos", sostuvo. Entre los resultados de esta visita fue la demanda de ayuda para consolidar los Museos de la Emigración en Chipilo y la colonia Manuel González, que apenas están comenzando a funcionar, pero cada vez están aumentando su acervo, gracias a las donaciones de numerosas familias. Buzurro señaló que la petición más importante tiene que ver "con problemas de nacionalidad" porque "lamentablemente los bisabuelos no eran organizados desde el punto de vista burocrático y muchos papeles se perdieron. Hubo un desastre debido a mil cosas", afirmó. "Fue muy emocionante porque hubo dos personas mayores que empezaron a llorar porque no logran resolver este problema por los papeles perdidos. Piensan que el consulado no los trata bien, pero sabemos que a veces un cónsul tiene las manos atadas", reveló. El dirigente de Comites en México hizo notar que "es complicado nacionalizar" por cuanto "hay otra Italia en el exterior", con una diáspora que muchos expertos calculan hasta de 80 millones de italianos y sus descendientes dispersos por el mundo.
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