(ANSA) - ADANA, 07 FEB - "Esta era mi habitación", dice Esra,
con lágrimas en los ojos, tiene 9 años e indica un enorme cúmulo
de escombros donde en su cima se observa una excavadora que
continúa su tarea.
La niña apenas apenas retiró de la montaña de detritos su
manta rosa. La vio asomar de entre los escombros y no pudo
resistirse pero su gesto preocupa a los socorristas que le piden
gentilmente alejarse de la zona, en el barrio más afectado de
Adana, ciudad habitada por más de 2 millones de personas en el
sudeste de Turquía.
Los equipos de la Protección Civil local trabajan
ininterrumpidamente desde hace casi 24 horas. El edificio de 14
pisos donde vivía Esra no se derrumbó con el primer movimiento
telúrico de magnitud 7,9 la noche del 6 de febrero. Se derrumbó
algunas horas después, durante el día, hacia las 13 locales,
cuando un segundo terremoto se abatió en el sudeste de Anatolia
haciendo temblar también a Adana.
En aquel momento 12 personas se hallaban en el interior del
edificio. Volvieron para recuperar de sus apartamentos algunas
ropas con las cuales pasar la noche en otro lado porque, luego
del sismo, sus casas fueron declaradas inhabitables como decenas
y decenas de otros edificios de 15 pisos en la zona que, según
narran los habitantes del lugar, fueron construidos solo en los
últimos 15 o 20 años. Dos de estos se desplomaron completamente,
mientras otros presentan serios daños en su estructura.
Durante la noche tres personas fueron extraídas vivas de
aquel cúmulo de escombros, luego de haber sido sepultadas por
casi 10 horas. No hay rastros de las otras nueve y las víctimas
del sismo más violento afrontado por Turquía en los últimos 20
años, después de aquellos que azotaron la provincia al este de
Estambul en 1999 matando a casi 20.000 personas.
El terremoto del 6 de febrero no es solo "uno de los más
grandes desastres" para Turquía sino también para la historia
mundial, dijo hoy el presidente turco, Recep Tayyip Erdogan,
anunciando el estado de emergencia por tres meses en las 10
provincias azotadas por el sismo mientras la víctimas llegaron a
más de 4.000 solo en Turquía. Un balance destinado a aumentar.
El hospital de Adana en el barrio Cukurova está repleto, en
la entrada de Primeros Auxilios se divisa una pareja de
treintañeros, la muchacha está con lágrimas en sus ojos.
"Estamos por ir al funeral de nuestra tía que perdió la vida
por el terremoto", dice el muchacho sin explicar porqué están
allí mientras personal de seguridad
intima que no es posible hacer entrevistas. "No tenemos más nada
y, por consiguiente, más nada que perder , pero ello decidimos
trasladarnos a otra parte, todavía no tenemos un plan preciso
pero con mi familia estamos seguros que no permaneceremos en
Adana por más de 48 horas".
Alper Aslan es un experiodista deportivo de 45 años y en los
últimos dos días durmió en el auto con su familia porque su
vivienda está completamente destruida a causa del terremoto.
"No solamente perdí mi casa, perdí también queridos amigos
en esta tragedia", dice mientras bebe un té sentado en un
comedor con una estructura de acero y madera, uno de los tantos
lugares elegidos por las municipalidad donde los refugiados
pueden hallar un lugar cálido donde estar y alimento gratuito.
"Fue un minuto y medio de terror, psicológicamente y
físicamente devastador", expresó con una mirada nerviosa,
recordando el momento del movimiento telúrico.
"El golpe fue fortísimo, todos dormían, apenas tomé
consciencia de la situación llevé fuera a las niñas", dice Bekir
Buker, 40 años, empleado de control de calidad de una
distribuidora de productos hortofrutícolas.
También él se halla en el mismo comedor con los otros
refugiados. A su lado las hijas lloran mientras la esposa tiene
un imprevisto desmayo, se recuperará poco a poco gracias a la
ayuda de las otras personas en el local.
"Es terrible, no podemos volver a casa porque es
inhabitable, no tenemos nuestras cosas y no podemos siquiera
volver a tomarlas, esperamos y veremos qué sucederá mañana",
dice con los ojos desorbitados, marcados por los anteojos de
quien no duerme desde hace dos días. (ANSA).
TODOS LOS DERECHOS RESERVADOS. © COPYRIGHT ANSA