El ministro del Interior, Fernando Grande-Marlaska, confirmó hoy que no hay más personas involucradas en el ataque y señaló que todavía no se puede confirmar que se considera un ataque terrorista.
Fuentes policiales no descartaron que Yasine Kanjaa, de 25 años, pudiera padecer algún trastorno mental.
Kanjaa mató ayer con el machete, y entre gritos de "Alá es grande", a Diego Valencia, sacristán de la Iglesia de La Palma, e hirió al sacerdote Antoni Rodríguez, de la parroquia de San Isidro, también en Algeciras, tras lo que fue detenido.
Según se supo hoy, tenía una orden de expulsión desde junio al estar en el país en situación irregular y no tenía antecedentes policiales.
La policía había extremado la vigilancia sobre Kanzaa hace cuatro días debido a su actitud "esquiva" y al entorno marginal en el que se movía, según el diario El Mundo.
Había llegado a España en una moto de agua procedente de Marruecos en 2019.
En el auto en que autorizó a la policía el registro de su vivienda, el juez Joaquín Gadea calificó inicialmente los hechos como un delito de asesinato "con fines terroristas" y lo vinculó con el "salafismo yihadista".
Al entrar en la iglesia de San Isidro el detenido inició "una discusión con los allí presentes, manifestando a los feligreses de forma vehemente que la única religión que hay que seguir es la religión islámica".
El presunto yihadista, al encontrarse con el sacristán Diego Valencia en la iglesia de La Palma, inició "varias acometidas sobre el mismo, causándole unas primeras lesiones, si bien el ahora fallecido intenta huir", aunque fue alcanzado en la calle, señala el magistrado.
Posteriormente Kanjaa fue detenido por la policía local sin prestar resistencia. Tras intentar acceder a una ermita, que se encontraba cerrada, "se arrodilló y se puso a rezar mirando al puerto", dijeron fuentes de la investigación.
Kanjaa vivía desde hace un año en un departamento en pésimas condiciones junto a dos personas en Algeciras.
Un compañero de departamento dijo al diario Abc que en los últimos dos meses se había radicalizado y "solo hablaba de Alá".
Marlaska suspendió su agenda en Estocolmo, donde se reunía con sus homólogos europeos, para desplazarse a Algeciras.
Centenares de ciudadanos de Algeciras expresaron hoy su consternación con cinco minutos de silencio solo interrumpidos por las campanas de la Iglesia de la Palma.
El premier, Pedro Sánchez, y los principales partidos políticos trasladaron sus condolencias y condenaron lo ocurrido.
El partido de extrema derecha Vox estigmatizó a los migrantes con motivo del atentado.
"Unos les abren las puertas, otros los financian y el pueblo los sufre", escribió su líder, Santiago Abascal. Y añadió: "No podemos tolerar que el islamismo avance en nuestro suelo".
La comunidad islámica condenó el "vil ataque terrorista", señaló la Unión de Comunidades islámicas del Campo de Gibraltar, que "constituye un desprecio total a la vida humana".
El secretario general de la Conferencia episcopal española, César García Magán, pidió que no se "demonice a ningún colectivo".
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