"La indecisión está matando a más y más personas", tronó el asesor del presidente Volodimir Zelensky, pidiendo a Occidente -es decir, a Berlín pero también a Estados Unidos- que "piensen rápido". Porque con el segundo año de la guerra a la vuelta de la esquina, crece el temor de una ofensiva rusa a más tardar en la primavera, con Moscú hoy reclamando éxitos en el avance a Zaporiyia. Mientras que Washington habría aconsejado a Kiev posponer su contraofensiva, a la espera de estar mejor armado.
"Qué más hay que verificar, Herr Pistorius? Cumplir! Es una pena que la coalición gobernante de Alemania se exponga de esta manera", instó el viceministro de Relaciones Exteriores de Ucrania y ex embajador en Alemania, Andriy Melnik, dirigiéndose al ministro de Defensa alemán después del humo negro en el suministro de Lepords en la reunión del grupo de contacto en Ramstein.
Ante las dudas de Berlín, el ministro de Defensa ucraniano, Oleksii Reznikov, ha anunciado mientras tanto que sus tropas se entrenarán en Polonia para utilizar tanques alemanes.
"Comenzaremos por ahí", dijo, expresando en cualquier caso "optimismo" sobre una futura luz verde para el envío de tanques.
Mientras que al otro lado del frente se regocijan por la indecisión de Olaf Scholz, tanto que los mercenarios sanguinarios del Grupo Wagner se burlaron al insertar al canciller alemán entre "los héroes de la operación Z".
Las declaraciones de los líderes ucranianos por la falta de envío de los Leopards delatan el descontento de Kiev entre los mil agradecimientos por los nuevos suministros militares anunciados por la cumbre del viernes en la base militar en Alemania.
Con Boris Pistorius -el minsitro germano de Defensa- "tuvimos una discusión franca, que debe continuar", aseguró Reznikov, quien recibió el renovado apoyo de los bálticos.
"Nosotros, los ministros de Relaciones Exteriores de Letonia, Estonia y Lituania, pedimos a Alemania que ahora suministre tanques Leopard a Ucrania", fue el llamamiento de los tres países. "Alemania, como primera potencia europea -subrayaron-, tiene una responsabilidad especial en este sentido".
Palabras que ponen de relieve la escisión en la OTAN, que no se limitaría a la cuestión de las armas, sino que también atañería a la estrategia de futuro, según funcionarios de la Alianza y de la inteligencia estadounidense cuestionados por el New York Times.
El Reino Unido, Polonia y los Estados bálticos a favor de más suministros a Kiev se opondrían, informa el diario estadounidense, al Pentágono, más cerca de la línea cautelosa propugnada por Alemania.
Una cautela que desde Estados Unidos se traduce en el consejo a Kiev de esperar para lanzar la ofensiva final contra Rusia. Al menos hasta que esté disponible el último paquete de armas estadounidenses y se complete el entrenamiento de los soldados ucranianos, según un alto funcionario de la administración Biden citado por la prensa.
Las señales, sin embargo, son inconfundibles. Sin tregua en el horizonte, continúa la invasión, definida por Moscú como una "Guerra Patriótica" contra Kiev y sus aliados europeos: "La victoria será nuestra, como en 1812 y 1945" contra Napoleón y Hitler, fueron las palabras del vicepresidente del Consejo de Seguridad Ruso Dmitri Medvedev. Declaraciones al margen, sin embargo, Rusia también delata incertidumbre sobre el desenlace del conflicto, preparándose para la posibilidad de defenderse incluso en la capital: tras los vídeos y fotos de los antiaéreos montados en el Ministerio de Defensa y en un parque cercano a a la ciudad, por parte del Ejecutivo ha llegado la confirmación de que se han realizado ejercicios en la región de Moscú "para repeler ataques aéreos contra importantes infraestructuras militares, industriales y administrativas".
En el suelo finalmente la sangre sigue fluyendo. El conflicto está estancado, según la inteligencia británica, mientras que Moscú afirma haber tomado posiciones más ventajosas tras una ofensiva en Zaporiyia. "Las pérdidas de Rusia en Ucrania han superado el umbral psicológico de 120.000 militares", argumentó el ejército de Kiev, y el periódico Sun británico elevó las cifras al hablar de al menos 188.000 militares rusos y del Grupo Wagner muertos o heridos en la invasión, citando "fuentes de defensa estadounidenses".
Las autoridades ucranianas continúan informando sobre muertes de civiles en Jarkov y Bakhmut, mientras aún lamentan la tragedia del accidente de helicóptero en Brovary el 18 de enero, en el que murieron 14 personas, incluido el ministro del Interior, Denys Monastyrskyi. "Ucrania pierde a sus mejores hijos e hijas todos los días", dijo Zelensky, incapaz de contener las lágrimas en el funeral.
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