Según el sitio online -cuya noticia fue recogida por medios rusos y ucranianos, "la luz verde habría llegado en los últimos 2-3 días por voluntad de la propia primera ministra".
Según la publicación, "la fuerte presión de Washington ha cambiado definitivamente la imagen e Italia habrían dicho 'sí'".
En este punto, sin embargo, el ministro de Defensa, Guido Crosetto, precisó que "el gobierno no ha recibido ninguna presión de nadie". Y "mucho menos de los Estados Unidos", acotó.
Según la revista, "la batería estaría compuesta por 'pedazos' del sistema italiano y 'piezas' del sistema francés".
Este dualismo, subrayan fuentes italianas, es el punto que aún requeriría un paso más: de hecho, faltaría la respuesta final de Francia.
Es sabido que entre lo deseado por Kiev está el escudo antimisiles para proteger las ciudades de las bombas y misiles de Moscú. Italia tiene a su disposición el sistema Samp-T, producido en colaboración con Francia.
Cinco baterías en la dotación del 4º regimiento de artillería antiaérea en Mantua, más uno para entrenamiento. El sistema monta misiles Aster 30 que puede interceptar aviones en un radio de 100 km y misiles dentro de un perímetro de 25 km.
Se trata de evaluar si Italia puede permitirse prescindir de una de estas baterías, que también son muy costosas y deben ser reemplazado para no degradar la seguridad nacional.
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