Los aviones antiaéreos en Kiev entraron en acción poco después de la medianoche, con la llegada de 2023, y una vez más llamaron a tiempo extra al derribar a docenas de drones kamikaze. Uno de los cuales llevaba la burlona inscripción 'Feliz Año Nuevo'.
Mientras tanto, los dos líderes continuaron desafiándose en el saludo al 2023. "Lucharemos hasta la victoria", prometió el presidente ucraniano Volodimir Zelensky. "La historia está de nuestro lado", respondió el ruso Vladimir Putin.
Sobre él, sin embargo, permanece la sombra de unas precarias condiciones de salud, que según la inteligencia occidental pondrían en entredicho su futuro político.
Los bombardeos del ejército invasor apuntaron a Ucrania durante todo el fin de semana, matando al menos a cuatro personas e hiriendo a decenas. La lluvia de fuego cayó con el uso habitual de misiles de crucero y los notorios enjambres de drones de fabricación iraní. A lo largo y ancho, desde Kiev hasta Chernihiv, desde Sumy hasta Zaporiyia, desde Mykolaiv y Jerson.
Según el Ministerio de Defensa de Moscú, los sitios de lanzamiento de drones y las fábricas han sido el objetivo de frustrar los intentos de los ucranianos de llevar a cabo "ataques terroristas" contra Rusia. En Kiev, en cambio, denunciaron que los objetivos eran centros habitados, y sólo gracias al fuego antiaéreo se evitó un baño de sangre y grandes daños.
Al menos 45 drones rusos fueron derribados solo en la víspera de Año Nuevo, dijo el comando de la fuerza aérea.
La eficacia de las defensas antimisiles, que pueden convertirse en las "más poderosas de Europa", fue subrayada por Zelensky en su mensaje de fin de año. Para el último discurso a la nación de 2022, se preparó un largo video, de 17 minutos, con música de fondo evocadora e imágenes simbólicas de la guerra, mientras el líder ucraniano se dirigía a su pueblo: "Estamos luchando y seguiremos luchando. favor de esta palabra, victoria", fueron palabras del presidente, con la esperanza de que 2023 se convierta en el año en que "los ucranianos volverán a casa" y "nuestras tierras volverán" a las fronteras de 1991, año de la independencia.
Proclamaciones de victoria también llegaron desde Moscú.
Putin, quien se dirigió a los rusos de pie, entre los soldados y mujeres que lucharon en Ucrania, subrayó la "corrección moral e histórica" ;;de las elecciones hechas para "proteger a nuestro pueblo en nuestros territorios históricos".
El líder del Kremlin ha arremetido contra Occidente, que ha "mentido sobre la paz" y está "utilizando cínicamente a Ucrania" contra Rusia. Finalmente, lanzó una promesa: "Nunca nos dividirán", porque "nuestro destino está en juego".
Se han filtrado nuevos rumores sobre la salud de Putin por parte de los occidentales. Según los servicios de inteligencia militar daneses, el líder ruso estaba siendo tratado por un tipo de cáncer en febrero y esto puede haber influido en su decisión de invadir Ucrania. Mientras que ahora no sufriría de una enfermedad incurable, sino de fuertes dolores crónicos provocados por varias caídas y accidentes.
Estos dolores, sin embargo, podrían constituir un obstáculo para su nuevo mandato presidencial, tras las elecciones de 2024.
En cualquier caso, por el momento, la principal incógnita del Kremlin es el estado de salud del ejército ruso. Los analistas estadounidenses creen que se está quedando sin municiones de artillería y, según la inteligencia ucraniana, los misiles de crucero son suficientes para lanzar no más de dos o tres ataques a gran escala. Tanto es así que Putin está pensando en una nueva orden de movilización, cerrando las fronteras para evitar deserciones.
Precisamente ante una "potencial nueva ofensiva rusa", el secretario general de la OTAN, Jens Stoltenberg, ha lanzado un llamamiento a los países de la Alianza: debemos prepararnos para apoyar a Kiev a "largo plazo". Porque solo entonces Rusia se verá obligada a negociar el fin de la guerra.
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