La experta explicó que en razón al cambio climático en los últimos tres meses los océanos han estado más calientes de lo normal, en particular el océano Atlántico donde se forman esos fenómenos climáticos. Eso significa que el Atlántico "ha estado con anomalías térmicas durante largo tiempo, lo que es bastante inusual y esto supone un exceso de energía térmica y por tanto un exceso de energía ciclónica". "Hay un 85% de probabilidades de que la temporada sea mucho más alta de lo que ha ocurrido en todo los años anteriores", argumentó Echeverry, basada en información divulgada por la Oficina Nacional de Administración Oceánica y Atmosférica de Estados Unidos (NOAA). En ese orden de ideas, sostuvo que en la temporada que empieza este 1 de junio y que se extenderá hasta noviembre "se esperan 25 tormentas tropicales, de las cuales 13 podrían convertirse en huracanes y siete alcanzarían una fuerza mayor.
Son predicciones históricas de riesgo muy alto para nuestro país". En 2020, el huracán Iota destruyó en su totalidad la isla de Providencia, que hace parte del archipiélago de San Andrés, en el mar Caribe, y acabó con la vida de cuatro personas. Hasta antes de ese evento catastrófico, el país era tan solo un espectador de los huracanes que suelen azotar las Antillas y la costa sur de Estados Unidos, pero el cambio climático amplío el radio de daño. De allí la preocupación por una temporada impredecible y que tiene en máxima alerta al país, en particular a los departamentos de San Andrés y La Guajira (extremo norte), donde se estima se sentirán con mayor fuerza las ondas tropicales, las depresiones, las eventuales tormenta y los indómitos huracanes. Carrillo sostuvo que tras la tragedia de Iota el país construyó cinco albergues para toda la población de Providencia, pero admitió que es necesario hacer una inspección profunda y calificada de sus estructuras, para evitar una eventual tragedia. También dijo que su oficina adelanta las labores pertinentes para retirar de esa isla unas 60 mil toneladas de escombros producto de la reconstrucción de las casas de Providencia, puesto que en un eventual huracán se convertirían en proyectiles al aire. Tanto la Marina como la Fuerza Aérea Colombiana ya tienen previstos los mecanismos de monitoreo en caso de que se presente cualquier tipo de fenómeno climático y de atención ante una posible tragedia, de concretarse el pronóstico divulgado hoy por las autoridades climáticas.
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