Una ola de indignación
desató en México la muerte de Dante Emiliano, un niño de 12
años, herido de muerte a balazos en el estado sureño de Tabasco
por hombres armados que intentaron secuestrarlo luego de que
forcejeó con ellos.
"No me quiero morir", gritó sobre frente a la casa de su
abuela, el niño cuando yacía moribundo en el piso de la acera,
según pudo constatarse en un video difundido a través de las
redes sociales, el cual generó una gran conmoción en medios
digitales y que luego fue reproducido por cadenas televisivas.
La agonía del pequeño duró varios minutos, y cuando
llegaron los paramédicos no pudieron ya hacer nada para
reanimarlo.
Las versiones de que el niño, estudiante de secundaria,
había muerto defendiendo a su madre cuando algunas personas
desconocidas intentaban secuestrarlo fueron desmentidas, pero
todavía no está muy claro en los reportes de medios informativos
cómo ocurrió exactamente el ataque.
Según la autoridad municipal de Paraíso, Tabasco, dos
hombres y una mujer trataron de subirlo por la fuerza a un auto
mientras jugaba fuera de su casa y esperaba a su madre, que
había ido a trabajar a instalaciones de la empresa gubernamental
Petróleos Mexicanos (Pemex).
Una maestra del niño, Rubí Rodríguez, lo describió como "un
ángel lleno de energía" y un niño "alegre" que hacía sus deberes
en forma "impecable".
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