(ANSA) - TEHERAN, 25 FEB - Las violentas golpizas sufridas
mientras estaba en manos de la policía iraní fueron fatales para
el joven médico y activista beluchi de 24 años, Ebrahim Rigi,
"torturado hasta morir" en Zahedan, en la provincia de
Sistan-Beluchistan.
Un nuevo caso que recuerda muy de cerca al de Mahsa Amini,
la joven manifestante kurda de 22 años, asesinada en setiembre
por los golpes sufridos durante su arresto por la policía moral
por no llevar correctamente el velo islámico.
A denunciar esta enésima violencia contra los manifestantes
fue Amnistía Internacional (AI) que apuntó su dedo contra "el
horrible ataque de las autoridades iraníes al derecho a la
vida".
Según la reconstrucción de la organización que defiende los
derechos humanos, Rigi fue detenido por agentes de las "fuerzas
de seguridad vestidos de civil". Fuentes dijeron que "fue
apaleado en la calle en el momento de su arresto y que una
primera evaluación forense del cuerpo indica 'sucesivos golpes
durante su detención'".
Algunos funcionarios llegados a la estación de policía una
hora después de su arresto afirmaron que el hombre había "muerto
a causa de las palizas".
"Las autoridades buscaron presionar a la familia de Rigi
para que lo sepultasen sin autopsia y les proporcionaron
informaciones contradictorias acerca de las circunstancias de su
muerte para eludir la responsabilidad, y atribuyeron el
fallecimiento a un ataque al corazón", prosiguió AI que pidió
perseguir penalmente a todos aquellos razonablemente sospechados
de ser responsables de la tortura y muerte en custodia del joven
activista.
No se detiene la represión del régimen de Irán, que hoy
volvió a amenazar a Estados Unidos y a Occidente, pues a su
entender impulsan las protestas.
El responsable del Comando aeroespacial de los Guardianes de
la Revolución, Amirali Hajizadeh, advirtió hoy a los europeos y
estadounidenses que "no pongan a prueba a Irán", y anunció que
su país desarrolló un misil crucero de largo alcance, con una
autonomía de 1.650 kilómetros.
"Ahora podemos atacar portaaviones estadounidenses a 2.000
kilómetros de distancia", amenazó Hajizadeh, citado por la TV
estatal iraní.
El sitio Haalvsh, que monitorea las violaciones de los
derechos humanos en Belchistan, recordó que el médico activista
fue apresado el 13 de octubre en Zahedan. Liberado bajo caución
fue nuevamente detenido el 22 de febrero. En esta inestable
provincia al menos 131 personas fueron asesinadas por la
represión de las manifestaciones, según la ONG Iran Human Rights
(IHR), con sede en Oslo.
La mayor parte fue asesinada en Zahedan el 30 de setiembre,
denominado "Bloody Friday", cuando las fuerzas de seguridad
dispararon contra los manifestantes.
De acuerdo con defensores de derechos humanos, los beluchis
son víctimas de discriminación desde hace años. Desde el inicio
del movimiento de protesta, los rezos del viernes en la mezquita
Grand Makki, la más grande de Zahedan, fueron acompañados por
predicaciones del sunnita Molavi Abdol Hamid, una figura que
apoya a los manifestantes.
"Escuchar a la gente y a la oposición", dijo en su último
sermón. "Si no pueden resolver los problemas de las personas,
dejen el lugar a alguno que pueda resolverlos", dijo. (ANSA).
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