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Rabia y tensión entre los refugiados de Gaziantep

"A sirios le dan tiendas de campaña y mantas, nosotros afuera"

GAZIANTEP, 09 febrero 2023, 16:27

Redaccion ANSA

ANSACheck
El miedo sigue vivo entre los habitantes de Gaziantep, pero, cuatro días después del terremoto, el nerviosismo y la frustración también empiezan a reinar.
    Los habitantes de la gran ciudad turca, a unas decenas de kilómetros del epicentro del terremoto, ya se han acostumbrado a las réplicas que llegan puntualmente cada noche pero entre los desplazados hay cada vez más rabia y tensión.
    "El Estado da tiendas de campaña y mantas a los sirios, pero nosotros nos vemos obligados a quedarnos aquí afuera en el frío acurrucados alrededor del fuego", dice Mustafá, un trabajador de 45 años que vive en una de las muchas tiendas de campaña instaladas por la defensa civil local en zonas alejadas del centro histórico de edificios más altos. Sus tres hijos, de entre 8 y 12 años, están a su lado, junto a su madre Selma.
    "Nosotros no estamos en absoluto en contra de los migrantes, todos somos musulmanes, son nuestros hermanos y hermanas, pero no es aceptable que puedan quedarse en tiendas de campaña y a nosotros, que nacimos aquí, no se nos da esa posibilidad", dice la mujer.
    Funcionarios del Ministerio de Comunicación de Ankara estiman que los desplazados rondan el millón en el centro de la ciudad y más de dos millones en toda la provincia, prácticamente la totalidad de la población.
    La ciudad se encuentra a unos cuarenta kilómetros de la frontera con Siria y es la segunda después de Estambul en albergar el mayor número de inmigrantes que huyeron a Turquía tras el inicio del conflicto en Siria. Son casi 500.000 y tras el terremoto regresaron como refugiados como cuando huyeron del conflicto sirio en años anteriores.
    En algunas tiendas de campaña, la mayoría de las personas se alojan y no les gusta hablar con la prensa. Sin embargo, algunas personas, tanto sirias como turcas, no pudieron encontrar un lugar en las tiendas de campaña instaladas por las autoridades y para pasar la noche crearon refugios con esteras (tejidos gruesos como alfombras) y trozos de madera. Están ubicados en varios puntos de la ciudad, incluso no lejos de las casas medio en ruinas del centro, donde entre los edificios dañados obresalen una mezquita del siglo XVII y el gran castillo de época romana en la colina, levantado hace casi 2.000 años.
    Los barrios suburbanos, en dirección al epicentro, fueron los más afectados por el sismo. Varios edificios de 10 pisos de altura se han derrumbado por completo. En Gaziantep, la electricidad sigue funcionando, aunque a veces con dificultad, y el suministro de gas también continúa, a diferencia de otras localidades no tan alejadas de la ciudad y más cercanas al epicentro, donde barrios enteros se han derrumbado y los desplazados han permanecido a oscuras y con frío. Cuatro días después del terremoto, algunas tiendas de abarrotes -de consumos cotidianos- han reabierto.
    "Lo hacemos por necesidad y para ayudar a la población", dice el vendedor Ali, de 35 años, cuya casa está parcialmente destruida y duerme en su automóvil todas las noches, como muchos lo hacen, pero ha optado por mantener su pequeña empresa abierta en un edificio en el centro, sin estar seguro de que la estructura sea utilizable. "Solo Dios sabe si esta tienda es sólida", dice esperando lo mejor, "si Dios quiere, Inshallah".
    Mientras, continúan las búsquedas entre los escombros aquí también, el número de víctimas sigue aumentando y en la ciudad hay quienes dicen que el total de muertos podría llegar a las 200 mil personas.
    Al llegar a Gaziantep con los poquísimos vuelos disponibles desde Estambul, la tragedia ya se manifiesta nada más aterrizar.
    Cuando el avión toca tierra y el teléfono celular se puede encender de nuevo, una niña recibe una llamada de su padre anunciándole la muerte de su madre. Rompe a llorar como muchos lo hacen fuera del aeropuerto cuando se encuentran con familiares que han llegado de Estambul para conmemorar a los miembros de la familia que perdieron la vida en el terremoto.
   
   

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