(ANSA) - MOSCU, 09 FEB - El Kremlin pide "una investigación
internacional sobre un ataque sin precedentes a una
infraestructura crítica" en el ámbito energético, tras la
publicación de una investigación que implica a la Casa Blana en
los atentados que pusieron fuera de uso a los gasoductos Nord
Stream 1 y 2.
Se trata del reporte realizado por el célebre periodista
estadounidense Seymour Hersh, premio Pulitzer, que acusó a la
Casa Blanca de haber realizado, con la ayuda de Noruega, los
ateques.
"No podemos permitir que los perpetradores no sean
descubiertos y castigados", dijo el portavoz del gobierno ruso,
Dmitry Peskov.
Agregó que el primero en interesarse por saber la verdad es
Alemania.
De hecho, los dos oleoductos, a los que siempre se ha
opuesto Estados Unidos, fueron construidos por un consorcio
formado por la rusa Gazprom, por dos empresas alemanas, una
francesa y una holandesa, con el objetivo de atender gran parte
de los requisitos de gas de Alemania y otros países europeos.
Al menos antes del inicio del conflicto en Ucrania, que condujo
a la paulatina reducción de las importaciones desde Rusia.
El misterio más profundo envuelve lo sucedido el 26 de
septiembre del año pasado en el mar Báltico, frente a la isla
danesa de Bornholm.
La única investigación realizada por el poder judicial sueco
llegó a la conclusión de que las explosiones a lo largo de Nord
Stream 1 y 2 fueron el resultado de un "sabotaje grave". En un
primer momento, los medios occidentales especularon sobre la
implicación de Moscú, pero sin explicar, subraya Hersh, "la
razón de tal acto de autosabotaje".
Ahora, el periodista del New Yorker, que se hizo famoso en
1969 al revelar al mundo la matanza de cientos de civiles
vietnamitas indefensos en My Lay a manos de soldados
estadounidenses, ha presentado su reconstrucción del doble
atentado, citando a una fuente familiarizada con los hechos.
Según Hersh habría sido una operación planeada desde
diciembre de 2021 y llevada a cabo por la CIA, la Armada de
Estados Unidos y Noruega.
El periodista escribió que en el verano de 2022, buzos
estadounidenses, usando un ejercicio militar de la OTAN como
tapadera, colocaron explosivos a lo largo de los gasoductos.
Cargas que luego habrían estallado con la emisión de una señal
de una boya de sonar lanzada al mar por un avión Norwegian P8.
Las acusaciones fueron descartadas como "completamente
falsas" tanto por la Casa Blanca como por la CIA. Pero Moscú
recordó que ya sospechaba de los "anglosajones".
Dos días después de las explosiones, la portavoz del
ministerio de Relaciones Exteriores de Rusia, Maria Zakharova,
cuestionó a Washington al publicar una declaración del
presidente Joe Biden en su canal de Telegram el 7 de febrero de
2022 durante una visita a Estados Unidos del canciller alemán
Olaf Scholz.
"Si Rusia invade Ucrania -advirtió Biden- ya no habrá un
Nord Stream 2. Le pondremos fin. Les aseguro que podremos
hacerlo". Palabras que según Hersh tomaron por sorpresa a
quienes preparaban el ataque.
"El plan -dijo la fuente citada por el periodista- iba a
implementarse después de la invasión de Ucrania y no debía
hacerse público. Biden simplemente no lo entendió, o lo había
ignorado". (ANSA).
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