Los camellos, el ganado y las ovejas están muriendo y los padres del condado de Marsabit no ven otra solución. "Algunas niñas están siendo casadas para reponer las existencias familiares que han sido arrasadas por la sequía", explica el ejecutivo de Unicef ;;;;Kenia, Jackson Onyando.
Jeremy Ledaany, director de Turismo, Cultura, Género y Servicios Sociales de Marsabit, dice que los efectos negativos de la sequía también han interrumpido el programa de alimentación escolar y limitado la asistencia.
"Las familias son actualmente vulnerables, no pueden pagar la comida y las tasas escolares de sus hijas y esos mismos niñas son las que pueden cambiar fácilmente por la dote", dijo el funcionario al periódico The Standard.
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