Durante su estancia en Brasil, Timmermans anunció ayuda a los indígenas Ianomani, de la región amazónica, azolados por una crisis sanitaria grave, y cercados por explotadores de oro, cuyas acciones tuvieron el acuerdo implícito del expresidente, Jair Bosonaro.
Durante su último día de agenda oficial en Brasil , el enviado de la UE fue recibido por la vicegobernadora del estado de Pará, Ana Ghassan, y por Edmilson Rodrigues, alcalde de Belém, la capital paraense.
El encuentro tuvo lugar en la mañana de este martes cuando se conversó sobre la posibilidad de que Belém sea escogida por la ONU como sede de la Cumbre del Cambio Climático COP30, a realizarse en 2030, informó una fuente de la gobernación consultada por ANSA.
El presidente brasileño, Luiz Inácio Lula da Silva, oficializó la semana pasada la propuesta para que Belém reciba ese evento, confirmando el anuncio que él mismo había lanzado durante la COP-27 realizada en Sharm el Sheik.
Lula viajó a esa bella ciudad situada junto al Mar Rojo en noviembre, poco después de vencer las elecciones frente a Jair Bolsonaro, demostrando la prioridad que le concede a la defensa del medio ambiente y la lucha contra el cambio climático.
En la COP 27, Lula se reunió con varios representantes de gobiernos europeos y estuvo acompañado por la líder ambientalista, Marina Silva, actual ministra de Medio Ambiente, y por el gobernador de Pará, Helder Barbalho, uno de los pocos que entre 2019 y 2022 cuestionó la política de Bolsonaro frente a la Amazonia.
Lula reiteró hoy en Argentina, su prioridad al medio ambiente y la intención de fortalecer los lazos con los países de la región amazónica en pos de una política conjunta para salvaguardar a la mayor floresta tropical del mundo.
Mientras Lula participa en una cumbre regional en Buenos Aires, el vicepresidente Geraldo Alckmin, se desempeñó como presidente en ejercicio y como tal recibió ayer a Timmermans.
Alckmin y el enviado de la UE hablaron el lunes en Brasilia sobre temas relacionados con el "comercio, la sustentabilidad y el medio ambiente", informó la oficina de la prensa del Palacio del Planalto, sede de la Presidencia.
Esta reunión ocurrió en el contexto de una evidente sintonía política y diplomática entre la Unión Europea y el flamante gobierno brasileño de centroizquierda llegado al poder, con la promesa de enviar al archivo los años de "negacionismo" científico y ambiental de Bolsonaro.
Durante los cuatro años de ese gobierno de extrema derecha las cifras de deforestación amazónica batieron récord y se incremento la violencia contra los pueblos originarios, acosados por traficantes de oro, narcotraficantes y hacendados, los caules tuvieron la complicidad de las autoridades.
Antes de aterrizar en Belém martes, Timmermans declaró su solidaridad con los indígenas Ianomani, que habitan en la reserva más extensa del país, ubicada en el estado de Roraima junto a la frontera con Venezuela.
"La Unión Europea quiere llevar infraestructura para esas personas, es preciso crear un futuro para ellas, necesitamos luchar contra el hecho de que estén desesperadas", declaró.
La ministra de los Pueblos Originarios, Sonia Guajajara, informó que unos 570 niños Ianomani murieron entre 2019 y 2022 y que miles de miembros de esa colectividad sufren enfermedades y están subalimentados.
"Yo creo, como abuelo que soy, que es muy difícil aceptar que niños de 1 y 2 años estén muriendo cada día, yo quiero que todos hagamos algo al respecto", comentó Timmermans.
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