"Recibí la noticia de amigos ayer y no dormí en toda la noche", comentó Yaman con un movimiento de cabeza.
"Todavía no puedo creerlo, cada segundo me vienen recuerdos de él. Era un chico lleno de energía, le gustaba vivir, era muy querido por todos aquí. Por la tarde, después del trabajo, cuando podía salir con los amigos, muchos aquí lo conocían", añadió.
Yaman, quien es de nacionalidad siria, también apuntó que el joven era muy crítico con el régimen de su país.
"No hablaba mucho de política -explicó- pero cuando lo hacía era muy crítico, como prácticamente todos los iraníes que viven aquí, pero muchos no lo dicen".
Oficialmente, Yaman era el jefe de Mehdi, "pero más que una relación laboral, había una amistad entre nosotros", aclaró.
Poco antes de que Mehdi fuera a Irán, Yaman cambió de trabajo.
"Nos veíamos un poco menos", deslizó, pero el cariño "nunca se modificó".
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