La Casa Blanca consiguió frenar por el momento a Benjamin Netanyahu, pero Israel promete dar su respuesta al ataque de Irán, que el sábado por la noche lanzó por primera vez cientos de drones y misiles contra el Estado judío, con el riesgo de hundir a Medio Oriente en el abismo.
La reacción, explicó el ministro Benny Gantz después de horas de reuniones, consultas frenéticas y llamados globales a una reducción de la tensión, llegará pero "en el modo y en el momento más adecuados. Construiremos una coalición regional contra la amenaza de Irán y exigiremos un precio" . Y será el Gabinete de Guerra el que lo decidirá.
Israel se despertó esta mañana después de una de las noches más difíciles de su historia.
Después de días de alarma y miedo por un ataque considerado inminente por los ayatolás en represalia por el ataque que mató a un general pasdaran en Damasco el 1 de abril, el sábado por la noche a las 22 horas la venganza de Teherán comenzó con cinco oleadas de incursiones: tres con el kamikaze Shahed 136 drones y dos con misiles de crucero y balísticos.
Una acción "telefónica" de Teherán, que advirtió a sus aliados en la región y fuera de ella 72 horas antes de la hora X, pero aun así desplegó más de 300 entre drones y misiles.
La mayoría de ellos fueron derribados antes de la frontera israelí en los cielos de Irak y Jordania.
Las Fuerzas de Defensa de Israel (FDI), con la ayuda de cazas estadounidenses, británicos, franceses y jordanos, anunciaron que habían interceptado y destruido el 99% de los cohetes disparados desde Teherán. Sin embargo, algunos lograron pasar y el balance es de cerca de 30 heridos, entre ellos una niña de 7 años que lucha por su vida. Teherán reivindicó que "el ataque logró todos sus objetivos", con "duros golpes" infligidos a una base aérea en el Néguev, alcanzada por misiles balísticos Kheibar. Y advirtió no sólo a Estados Unidos "de estar al margen del conflicto" amenazando sus bases en la región sino también a todos aquellos países que ayudaron a Israel a contener el ataque.
Por este motivo, los embajadores de Francia, Gran Bretaña y Alemania fueron convocados a Teherán por el ministerio de Asuntos Exteriores. Luego respondió al Secretario de la ONU, Antonio Guterres -que habló de una "escalada devastadora"- afirmando haber ejercido "el derecho a la autodefensa" y advirtió a Israel que no cometa "más tonterías" o la reacción será "mucho más severa".
El informe de las FDI fue completamente diferente, reportando "daños mínimos", lo que probablemente facilitó a Washington frenar la contrarrepresalia israelí.
"Tenemos planes ofensivos y de defensa. Estamos en alerta.
Pero por el momento no tengo intención de añadir más detalles al respecto", interrumpió por la tarde el portavoz del ejército israelí, Daniel Hagari, cuando se le preguntó en una rueda de prensa si Israel si tiene intención de reaccionar o no. Durante la noche, con el ataque aún en curso, fue decisiva una conversación telefónica de 25 minutos entre el primer ministro, Benjamín Netanyahu, y el presidente estadounidense, Joe Biden, mientras algunos ministros del gabinete de guerra israelí pedían en voz alta una reacción inmediata al enfrentamiento iraní.
El jefe de la Casa Blanca pidió moderación a su interlocutor, que había sido reprendido varias veces por la conducción de la guerra en Gaza, advirtiéndole de que Washington no apoyaría un contraataque del Estado judío.
Junto con Biden, Occidente, desde el G7 hasta la UE, se mantuvieron unidos contra la escalada, al tiempo que condenan con la misma claridad el ataque de Irán. Por la noche, tras horas de silencio, el líder Supremo iraní, Ali Jamenei, también se hizo oír: "Jerusalén estará en manos de los musulmanes y el mundo musulmán celebrará la liberación de Palestina", escribió en hebreo en la red social X, publicando un video de drones iraníes volando sobre el Monte del Templo en Jerusalén durante el ataque de la noche del sábado.
TODOS LOS DERECHOS RESERVADOS © Copyright ANSA