Israel retiró las tropas terrestres del sur de Gaza, dejando Khan Yunis a donde están regresando los desplazados palestinos. El punto de inflexión -a seis meses del ataque de Hamás del pasado 7 de octubre- marcó, según fuentes de las Fuerzas de Defensa de Israel (FDI), el inicio de la Tercera Fase de la operación terrestre que comenzó el 27 de octubre.
Es decir, el de "incursiones selectivas y limitadas, como en el caso del hospital Shifa en la ciudad de Gaza".
Sobre el terreno -tras la partida de la última división, la 98- solo quedó la Brigada Nahal con la tarea de controlar y asegurar el llamado Corredor Netzarim que separa horizontalmente la Franja desde el Kibbutz Beeri hasta la franja costera de Gaza, dividiéndola en dos partes del territorio del enclave palestino.
El cambio de estrategia -que no excluye, sin embargo, la anunciada operación terrestre en Rafah- llegó en el mismo día en que se reabrieron en El Cairo las negociaciones indirectas entre las delegaciones de Hamás e Israel, bajo la presión de Qatar, Egipto y, sobre todo de Estados Unidos que envió a la capital egipcia del jefe de la CIA, William Burns.
Fuentes locales -citadas por los medios qataríes- informaron de una posible tregua temporal a partir del próximo martes durante los tres días siguientes de la celebración del Eid el-Fitr que pone fin al mes de Ramadán.
El primer ministro, Benjamín Netanyahu, confió a la delegación israelí "un mandato importante" para negociar, pero fue claro: "No es posible un alto el fuego sin la liberación de los rehenes", también porque para Israel la victoria "está cerca".
"No es Israel quien impide un acuerdo, sino Hamás", precisó, denunciando como "extremas" las exigencias de la facción islámica. Y pidió "la unidad del país" frente a las manifestaciones de protesta y "una minoría extrema y violenta que está buscando dividirnos".
El ministro de Defensa, Yoav Gallant, explicó que la decisión de retirar las tropas terrestres de combate de Khan Yunis se tomó "en el momento en que Hamás dejó de existir como estructura militar en la ciudad".
"Nuestras fuerzas abandonaron la zona -explicó- para preparar sus futuras misiones, incluida la misión en Rafah". De hecho, la operación militar anunciada en la última ciudad de Gaza antes de Egipto para atacar a los batallones restantes de Hamás sigue en pie. La retirada -insistieron las fuentes del ejército- ni siquiera excluye la posibilidad de que las FDI "no puedan regresar a Khan Yunis si es necesario". La decisión -precisaron las fuentes- no tiene pues nada que ver "con la presión estadounidense ejercida sobre Israel", sino más bien con el deseo de "dejar espacio" en la zona para los palestinos desplazados "en el caso de que la operación se lleve a cabo en Rafah", sino también para devolver a los residentes a sus hogares en Khan Yunis.
La retirada de las tropas israelíes del sur de Gaza es probablemente solo un período de "descanso", afirmó la Casa Blanca, reiterando la "frustración" de la administración Joe Biden hacia el Estado judío, que "debe hacer más" en Gaza.
Sin embargo, la medida parece ser un cambio radical en la estrategia general de las FDI. La salida de Khan Yunis, auténtico bastión de Hamás controlado desde hace mucho tiempo por los soldados, permitirá "nuevas oportunidades operativas y de inteligencia" que permanezcan sobre el terreno.
Operaciones selectivas contra milicianos de Hamás y sus líderes y, sobre todo, para la búsqueda de aproximadamente 130 rehenes israelíes que aún se encuentran en cautiverio.
Otro objetivo es no poner más en riesgo la vida de los soldados israelíes en combate cuerpo a cuerpo: ayer (sábado) murieron 4 personas, con un saldo total que ascendió a 260.
Mientras que la estricta vigilancia sobre el corredor Netzarim permite a las FDI la posibilidad de realizar incursiones en el norte y en el centro de la Franja, impide que los palestinos desplazados regresen al norte del enclave palestino y permite que las organizaciones humanitarias entreguen ayuda directamente al norte de Gaza.
Israel, por último, aseguró que está dispuesto a responder "a cualquier escenario que pueda desarrollarse con Irán", que sigue amenazando con represalias por el ataque al consulado de Damasco en el que murieron altos funcionarios de Pasdaran.
Amenazas también reiteradas en las últimas horas por parte de Teherán, pero que apuntan a los intereses del Estado judío en el extranjero: "Ninguna de las embajadas de Israel en el mundo es más segura".
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