Pese a que la ley es genérica, el principal objetivo de esta medida, impulsada por el premier Benyamin Netanyahu, es la red satelital de Qatar, de donde proviene gran parte de la información sobre la guerra en Gaza desde el frente palestino.
El parlamento israelí ha delineado el alcance de la intervención del gobierno, que de ahora en adelante podrá ordenar a los "proveedores de contenido" que cesen la transmisión del canal, cierren las oficinas en Israel, confisquen los equipos y bajen de internet el sitio web.
Las órdenes de cierre tendrán una validez de 45 días, pero podrán renovarse por períodos adicionales de 45 días.
El ministro de Comunicaciones, Shlomo Karhi, quien decidirá si se prohíbe o no a red extranjera, aseguró inmediatamente después de la aprobación de la ley que "no habrá más libertad de expresión en Israel para el portavoz de Hamás". Y luego fue aún más explícito: "Al Jazeera cerrará en los próximos días".
El primer ministro Netanyahu acusado a la emisora qcatarí de ser "un órgano de propaganda de Hamás y de haber participado activamente en la masacre del 7 de octubre". Por su parte, el ejército israelí ha afirmado repetidamente que los periodistas de Al Jazeera eran "agentes terroristas".
El canal con sede en Doha (donde también reside el líder de Hamás, Ismaïl Haniyeh) ha rechazado siempre las acusaciones de Israel y denuncia que las fuerzas armadas del Estado judío atacan sistemáticamente a sus reporteros en la Franja. El jefe de la oficina de Gaza, Wael al-Dahdouh, resultó herido en un ataque israelí en diciembre, en el que murió uno de sus camarógrafos.
El endurecimiento del control sobre las cadenas extranjeras ha sido criticado por Estados Unidos.
La Casa Blanca calificó "profundamente preocupante" la perspectiva de que Al Jazeera sea censurada en Israel.
"Continuamos apoyando la libertad de prensa", comentó el Departamento de Estado estadounidense.
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