Uno de los objetivos del viaje de la premier fue evaluar la posibilidad de aumentar el contingente italiano de las tropas desplegadas en Líbano, como forma de reforzar al ejército libanés ante el incremento de la tensión en la frontera sur por los choques entre Israel y Hezbollah.
Ese fue uno de los temas de conversación de Meloni con el primer ministro libanés saliente, Najib Miqati en Beirut, primero en el Palacio de Gobierno y luego en la cena informal en la residencia oficial del premier.
Evitar una escalada en la frontera con Israel estuvo en el centro del diálogo entre los dos jefes de gobierno. Meloni recalcó "el deseo de Italia de seguir contribuyendo a la seguridad y la estabilidad del Líbano, especialmente en este momento histórico", según fuentes del Palacio Chigi.
La premier italiana dio un "mensaje claro sobre la necesidad de evitar cualquier riesgo de escalada a lo largo de la frontera con Israel" entre Hezbollah y el ejército israelí, un frente que se ha vuelto caliente tras el ataque terrorista de Hamás a Israel el 7 de octubre.
Y esta es también la razón por la que los esfuerzos italianos apuntan a un cese del fuego en Gaza, para evitar consecuencias de mayor impronta. Italia está dispuesta a contribuir con nuevas actividades en apoyo de las Fuerzas Armadas libanesas.
Entre ellas, también estaría la hipótesis de un aumento de la presencia de soldados italianos en la misión bilateral Mibil.
Como subrayó el canciller Antonio Tajani, "nuestro ejército no está allí solo para proteger la bandera, sino que es un brazo operativo de la política internacional".
Y esta mañana, en su visita a la base de Shamaa, donde está el mando del contingente italiano de Unifil,, Meloni elogió el compromiso de las tropas y de Italia con la paz en Medio Oriente.
La base de Shamaa está situada a pocos kilómetros en línea recta del frente de guerra entre Hezbollah e Israel. En los últimos días, la zona ha sido afectada por varios intercambios de disparos entre el movimiento armado libanés y el Estado judío.
En la Unifil hay alrededor de mil soldados italianos desplegados a lo largo de la Línea Azul, la virtual demarcación entre Líbano e Israel, delineada en el año 2000 por las Naciones Unidas.
De allí, Italia pretende sacar a los grupos de Hezbollah, obligándolos a retroceder algunos kilómetros hasta el río Litani, consciente, sin embargo, de que será imposible si la paz no regresa primero a Gaza.
En Shamaa, la premier también se reunió con los líderes de la otra misión militar italiana, Mibil, compuesta por un centenar de soldados y que se encarga de apoyar a las fuerzas armadas libanesas en diversas zonas de entrenamiento.
En su discurso ante los militares italianos, Meloni advirtió que "la paz no se construye con sentimientos y buenas palabras, la paz es ante todo disuasión y compromiso, sacrificio".
"No están aquí de vacaciones con la familia, no están para sus amigos, para sus amigos, novios, novias, esposas o maridos: han dejado todo para esa paz de la que muchos, especialmente en este momento, se llenan la boca, sentados cómodamente en el sofá de su casa", dijo la premier italiana.
Meloni advirtió que "no puede haber paz si no hay también respeto, y el respeto que Italia ha sabido construir en naciones y territorios como estos, un respeto garantizado por la profesionalidad y la humanidad, por la capacidad de ser competentes, pero también por saber mirar a las necesidades de los demás, es el documento de identidad de nuestro orgullo".
Ese respeto, explicó, "es la base de la autoridad que Italia ha construido en el mundo y permite a personas como nosotros, como yo, hacer valer los intereses italianos. Porque buena parte del nombre que tenemos en contextos como este, la mayoría se construye con el trabajo de ustedes de todos los días".
La premier fue despedida en el aeropuerto de Beirut por el ministro libanés de Medio Ambiente, Nasser Yassin, perteneciente a la misma coalición política que el primer ministro Miqati.
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