La premier italiana, Giorgia Meloni, enfatizó hoy en la "enorme apertura de crédito" por parte de los países africanos, a la que hay que responder con "concreción", haciendo realidad la promesa de un enfoque "de igual a igual".
Meloni inauguró así el Plan Mattei, reivindicando la importancia de la cumbre Italia-África de finales de enero e "instando al país a apoyar y participar en la estrategia definida por el gobierno para la cooperación con el continente africano".
Un camino que incluye la misión de la premier a Egipto este domingo.
De hecho, tiene previsto reunirse con el presidente Abdel Fattah al-Sisi junto con la presidenta de la Comisión de la UE, Ursula von der Leyen, el primer ministro belga, Alexander De Croo, el primer ministro griego, Kyriakos Mitsotakis, el primer ministro chipriota, Nikos Christodoulidis, y el canciller austríaco, Karl Nehammer.
Las relaciones UE-Egipto se elevarán al nivel de "asociación global y estratégica" y sobre la mesa hay un memorando similar al iniciado con Túnez, centrado en el control de los flujos migratorios.
Se trata de una medida rechazada en el Parlamento Europeo por socialistas, liberales, verdes y parte del PPE, según los cuales Bruselas no puede proporcionar fondos a países donde la democracia y los derechos humanos no están garantizados.
De Túnez a Kiev, pasando por Lampedusa, las misiones de Meloni con Von der Leyen fueron diversas.
Su plan pretende "gobernar Europa y ser amiga de Donald Trump", según afirma un titular de una nota de Politico.eu.
Si las elecciones estadounidenses confirmaran a Joe Biden en la Casa Blanca, la líder italiana podría continuar una relación que se ha consolidado, observa el sitio de información que, mejor que otros, capta el estado de ánimo de la burbuja europea.
Pero si regresara el magnate Trump, Meloni "podría monetizar el cortejo a la derecha de 'Make America Great Again', convirtiéndose en una aliada europea menos tóxico que el húngaro Viktor Orbán -una especie de Thatcher para Ronald Reagan, para usar una analogía muy imperfecta".
Politico recuerda la influencia que la premier tuvo en los últimos meses sobre el apoyo occidental a Ucrania, sobre la eliminación de las restricciones europeas al uso de pesticidas, sobre la reducción del paquete climático y sobre la dimensión exterior de la gestión de la migración.
Meloni también reivindicó el papel de una "Italia que no se rinde", comentando el acuerdo entre los 27 sobre la regulación de la UE en materia de envases, anunciado por la mañana mientras presidía la primera reunión, hoy, sobre el Plan Mattei.
El pasado 29 de enero la primera ministra ultraderechista anunció su "Plan Mattei", un programa de proyectos por más de 5.500 millones de euros (casi 6.000 millones de dólares) entre créditos y garantías para intentar frenar los flujos migratorios desde el norte africano.
Precisamente hoy, Meloni presidió la primera reunión del comité técnico que sigue su implementación en los seis sectores estratégicos elegidos (educación y formación, sanidad, agua, agricultura, energía e infraestructuras).
Un formato "amplio y complejo", explicó Meloni, precisamente "para involucrar a todo el sistema italiano en el gran desafío, poniendo en red las mejores experiencias que ya existen, los proyectos más eficaces y los recursos adecuados que tenemos a nuestra disposición".
Coldiretti, por ejemplo, impulsó un proyecto para cultivar más de 40 mil hectáreas, creando puestos de trabajo, mientras Confcommercio ilustró uno de formación en diversas profesiones, con cursos de formación en Italia.
Asimismo, la premier pidió a los presentes enviar "antes de finales de marzo" contribuciones y observaciones a la estructura de misión coordinada por el asesor diplomático del Palacio Chigi, Fabrizio Saggio, para "llegar a un borrador consolidado del texto que se aprobará en la segunda sesión de la dirección del Gabinete, en abril".
A la espera de que la estrategia quede definitivamente, Meloni confirmó que ya comenzaron las primeras misiones operativas: en Addis Abeba, en Costa de Marfil y en Bruselas.
Porque, aclaró, necesitamos "compartir el trabajo también a nivel europeo" y el objetivo es implicar a la UE, al G7 y a las instituciones financieras internacionales.
Pero eso sólo es posible dando "buen ejemplo", demostrando que detrás del Plan no hay "charlas ni pasarelas".
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