Las manifestaciones estuvieron marcadas por tensiones y enfrentamientos entre pro palestinos y pro israelíes. La secretaria de la CGT, Sophie Binet, habló de 100.000 manifestantes en las calles de la capital, partiendo de la plaza Gambetta. La policía estimó en 28.000 la concurrencia.
Además del énfasis puesto en el movimiento #metoo, que se está extendiendo como la pólvora en el mundo del cine, estuvieron presentes los militantes de la asociación "Nous vivrons", creada tras el ataque de Hamás a Israel el 7 de octubre para denunciar las violaciones y las violencias sexuales cometidas por los comandos de la organización islamista.
Los militantes fueron enmarcados por hombres con el rostro cubierto y muchos vestían ropa con falsas manchas de sangre.
Sin embargo, otros manifestantes respondieron a sus consignas de "liberar a los rehenes" con "Palestina ganará".
Las consignas degeneraron en algunos casos en insultos y empujones, con algún intercambio de golpes entre los dos servicios de seguridad. En París, la policía intervino para permitir que el grupo pro israelí se marchara con el resto de la marcha.
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