(ANSA) ROMA - Rusia es el actor más activo en campañas híbridas "en detrimento de Italia y de todo Occidente", según el informe anual de los servicios de inteligencia de Italia, presentado hoy.
Espionaje, ciberataques, desinformación, explotación desestabilizadora de los flujos migratorios: este es el arsenal utilizado que detalla el informe.
Moscú también buscó obstaculizar las iniciativas italianas y europeas para la diversificación energética y la fijación de un precio máximo al gas ruso con propaganda "destinada a contaminar la información al público en general sobre la evolución de los precios de la energía".
La atención de los servicios de inteligencia se centra ahora en los próximos acontecimientos que catalizarán las campañas de desinformación: las elecciones europeas de junio, la presidencia italiana del G7, la salida de la Ruta de la Seda.
El informe fue presentado por el titular de la Autoridad de Seguridad, Alfredo Mantovano, el del comité parlamentario, Lorenzo Guerini, y los directores del departamento de seguridad (DIS) y de inteligencia (AISE) y de Información y Seguridad (AISI).
En cuanto a la evolución del conflicto, la inteligencia italiana destaca que el apoyo de los países occidentales a Ucrania, fundamental para la continuación del esfuerzo militar de Kiev, continuó a lo largo de 2023, a pesar de registrar un descenso significativo respecto al año anterior.
A finales de año, la ayuda militar total asignada por los países europeos superó, por primera vez, la ofrecida por Estados Unidos. Por otro lado, el apoyo que terceros actores ofrecen a la base industrial militar rusa está aumentando.
Probablemente, China haya proporcionado a Moscú algunas tecnologías duales, mientras otros países, en cambio, han ofrecido apoyo militar directo: drones de Irán, municiones de Corea del Norte.
"Italia se ha confirmado como un objetivo potencial debido a su centralidad en el mundo cristiano, su compromiso con la coalición anti-Isis y la presencia de lugares simbólicos de la historia occidental como el Coliseo, que sigue siendo considerado un objetivo de conquista privilegiada en el corazón de la Europa infiel", continúa el informe.
Por ejemplo, tras la quema de una copia del Corán en Estocolmo el pasado 28 de junio, los medios de comunicación cercanos a Isis publicaron un cartel que mostraba la imagen de un muyahidín con el rostro deformado, detrás del cual se representaba el Coliseo con la bandera sueca y la bandera árabe y el hashtag "quemar copias del Corán y bombardear mezquitas".
La inteligencia italiana ha mantenido un alto nivel de atención informativa sobre los combatientes extranjeros que llegaron de los teatros de guerra en ese momento. En 2023, las personas conectadas en diversas capacidades con Italia aumentaron a 149 (de los cuales 39 regresaron).
Además, fueron expulsadas 77 personas potencialmente peligrosas para la seguridad nacional, entre ellas 42 tunecinos.
Una curiosidad: entre los retornados hay también un ultraderechista australiano.
La guerra de Gaza también ha desencadenado una "revitalización de la propaganda yihadista, no solo en una perspectiva antisionista, sino también encaminada a relanzar el choque entre el Islam y Occidente, con el fin de proyectar la amenaza más allá de las fronteras del conflicto".
Existe, por tanto, un riesgo "real" de que la crisis pueda constituir "una caja de resonancia para el mensaje yihadista, no solo incidiendo en los procesos de radicalización, sino también como detonante de potenciales lobos solitarios estacionados en Europa, induciéndolos a desplazarse a la acción".
En este contexto, el movimiento antagonista promueve activamente marchas y manifestaciones, pero también iniciativas de propaganda y contrainformación en clave "antisionista", en el marco más amplio de la campaña denominada "Boicot, Desinversión, Sanción" (BDS), destinado a orientar la opinión pública hacia formas de presión contra Israel.
Al mismo tiempo, la extrema derecha "ha continuado intentando aumentar la visibilidad y el seguimiento de los grupos más estructurados, también con vistas a una acreditación política de cara a futuras elecciones locales".
"Las cuestiones más destacadas - señala la inteligencia italiana, fueron el aumento de los costes energéticos, el costo de vida y las posiciones del Ejecutivo sobre las crisis extranjeras, consideradas, por la narrativa del sector, como una expresión de los intereses de la OTAN, la UE y el 'imperialismo estadounidense'".
En línea con estas invectivas, la inteligencia ha detectado "un importante activismo en varios países europeos encaminado a incrementar las relaciones con grupos ultranacionalistas del Viejo Continente, con el objetivo de constituir un 'frente político internacional' con una clara impronta antiatlantista y prorrusa".
En términos de estrategias de proselitismo, la extrema derecha mostró entonces un renovado interés en algunos partidarios organizados y de orientación política y en entornos de militancia estudiantil, concluye el informe.
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