El canciller brasileño, Mauro Vieira, mantuvo una conversación de aproximadamente media hora con el embajador de Israel en Brasil, Daniel Zonshine, durante la cual expresó "sorpresa y malestar" por la posición del gobierno israelí, que declaró a Lula da Silva persona non grata.
El encuentro tuvo lugar anoche en Río de Janeiro, donde Vieira se prepara para la reunión de ministros de Asuntos Exteriores del G20. Lula había comparado la campaña militar israelí en Gaza -emprendida después de los ataques terroristas de Hamás del 7 de octubre- con las acciones de Adolf Hitler y el Holocausto.
Según fuentes periodísticas, el gobierno no habría pedido disculpas a Zonshine, como había solicitado a Lula el primer ministro israelí, Benjamín Netanyahu. Vieira habría utilizado un tono amistoso, pero firme, en defensa de la posición adoptada por Brasil.
La convocatoria del embajador de Brasil en Tel Aviv, Frederico Meyer, y la reprimenda pública del ministro de Asuntos Exteriores israelí durante su visita al museo del Holocausto, fueron vistas por la cancillería brasileña como un "espectáculo inaceptable" del gobierno de Netanyahu, y completamente ajeno a las prácticas de la diplomacia, dijeron fuentes cercanas a Vieira.
Según estas fuentes, el embajador brasileño fue "emboscado" en Tel Aviv. Y tuvo que escuchar críticas en hebreo sin intérprete. Después de la reunión, Meyer fue llamado de regreso a Brasilia para "consultas".
Por otra parte, el asesor de Asuntos Internacionales del presidente, Celso Amorim, advirtió que "no hay posibilidad de que el presidente Lula se disculpe" por sus declaraciones ante el gobierno de Israel.
"No ha hecho nada malo. Solo citó hechos históricos", dijo Amorim al diario Estadao, y añadió que "ningún pueblo tiene el monopolio del sufrimiento".
Quien aprovechó la crisis para marcar su diferencia fue el expresidente Jair Bolsonaro, que publicó un post en su perfil de la red X donde, junto a un video en la que se lo ve con Netanyahu, escribió "Brasil, Israel, naciones hermanas".
El video corresponde a la visita oficial que Bolsonaro hizo a Israel en 2019, cuando Netanyahu lo invitó al Muro de los Lamentos. El entonces presidente afirma en ese momento su intención de comenzar las negociaciones para trasladar la embajada brasileña de Tel Aviv a Jerusalén.
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