(ANSA) VENECIA - Un grupo de manifestantes realizó una protesta en el consulado húngaro en Venecia para exigir la liberación de Ilaria Salis, una activista antifascista italiana acusada de agredir a activistas de extrema derecha y detenida en Budapest.
La profesora de 39 años, que presuntamente atacó a dos neonazis en febrero de 2023, fue llevada a una audiencia el 29 de enero encadenada de manos, pies y cintura, en imágenes que conmocionaron a Europa y en especial a Italia.
En total, 30 miembros del centro social de izquierda "Rivolta" ocuparon el local de Piazzale Roma al mismo tiempo que el ministro de Justicia italiano, Carlo Nordio, visitaba la vecina ciudad de Padua y pedía "la liberación inmediata de Ilaria Salis".
"Estamos aquí porque queremos su libertad, porque este juicio es una farsa que solo busca castigar el antifascismo, en un estado donde las patrullas fronterizas contra los migrantes no solo son toleradas, sino promovidas", dijeron los activistas.
Para los manifestantes, se trata de "una política antidemocrática". "Todos somos antifascistas", gritaron, acompañados por agentes de la División de Investigaciones Generales y Operaciones Especiales (Digos) de Venecia.
Durante la protesta, que terminó sin incidentes, los activistas también reiteraron la necesidad de proteger los derechos humanos de Salis y de quienes se encuentran en su misma situación y atacaron al gobierno de la premier Giorgia Meloni, al que acusan de endurecer las penas e intervenir siempre desde un punto de vista represivo.
La protesta fue criticada por la senadora veneciana Mara Bizzotto, vicepresidenta de la Liga, uno de los partidos de la coalición de gobierno.
"Lo que pasó en Venecia, donde los centros sociales ocuparon el consulado húngaro, es muy grave. Se sabe, según los medios de comunicación, que Salis y sus amigos de los centros sociales son expertos en ocupaciones. ¿Será que cierta clase política de izquierda, democrática solo de palabra, se distanciará de estas acciones inaceptables?", se preguntó Bizzotto.
Salis fue detenida en Budapest en febrero de 2023, tras una manifestación contra un mitin neonazi que celebraba el "Día de Honor", en honor a un regimiento nazi de la Segunda Guerra Mundial.
Fue acusada de tres cargos de intento de agresión y de formar parte de una organización de extrema izquierda. Sin embargo, la italiana niega las acusaciones, que podrían acarrearle hasta 24 años de prisión.
Informes de prensa recientes indican que Salis enfrenta condiciones precarias en prisión, como ratas, suciedad y castigos inhumanos, lo que provocó una protesta pública en Italia.
La familia y los abogados de Salis piden que la pongan bajo arresto domiciliario en Hungría o Italia hasta que concluya su juicio, cuya fecha ha sido aplazada al 24 de mayo.
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