"Nuestros soldados no han caído en vano", justificó el premier, según el cual esto se lo adelantó al Secretario de Estado norteamericano, Antony Blinken, quien se encuentra en Israel, última ertapa de su gira por Medio Oriente, la quinta desde que comenzó la guerra en la Franja de Gaza, con el fin de imppulsar un alto el fuego ante el temor de que el caos se extienda en la región.
"Le dije a Blinken que Israel está a un paso de la victoria total", afirmó Netanyahu, reiterando que el objetivo es "la victoria total de Israel".
"Estamos casi cerca de la victoria, que es la destrucción total de Hamás. Si nos rendimos a Hamás no sólo no llegaremos a la liberación de los rehenes, sino a una segunda masacre. El día después de la guerra, será el día después de Hamas. A Blinken le dije que debemos desmilitarizar completamente Gaza", afirmó el primer ministro israelí.
"Muchos en la comunidad internacional nos dijeron que no lo lograremos, que fue un error entrar en la Franja, que no eliminaremos a Hamás sin matar a miles de personas. Todo lo que nos dijeron era imposible - añadió Netanyahu - en cambio, demostramos que es posible".
"Solo una victoria total - añadió - garantizará la seguridad de Israel. Después de Hamás se producirá la desmilitarización de la Franja y el control civil no será confiado a quienes instigan. Israel se reserva el derecho de entrar cuando las necesidades lo requieran".
"Le dije a Blinken - prosiguió - que la UNRWA (la Agencia de Naciones Unidas para los Refugiados de Palestina) debe ser reemplazada".
Mientras tanto, Blinken intenta llevar adelante todos los esfuerzos diplomáticos para alcanzar un acuerdo del cese del Fuego en la Franja de Gaza, donde ya murieron más de 27.700 palestinos, según el ministerio de Sanidad que controla el grupo islamista Hamás.
Uno de los principales escollos es que Hamás exige el fin definitivo de las hostilidades y la salida de las tropas israelíes del enclave; algo a lo que Netanyahu se opone rotundamente.
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