Imágenes televisivas transmitidas por el canal Guatevisión, mostraban a los manifestantes enfrentarse con los agentes de policía, que habían formado una extensa barricada y les impedían llegar a la sede legislativa.
Frente a esta situación, la toma de posesión de Arévalo como presidente electo estaba en riesgo, aunque Haroldo Sánchez, secretario de la presidencia designado por el flamante gobierno, negó que eso pueda suceder.
En tanto, en el Congreso, también se vivían momentos de tensión entre las nuevas autoridades del Legislativo y los funcionarios salientes.
Una protesta de los parlamentarios del partido de Arévalo, el Movimiento Semilla, estaba retrasando varias horas todo el protocolo de la ceremonia que debería ratificar el inicio del nuevo gobierno.
En el centro de la protesta de los representantes de Semilla está la decisión del Tribunal Constitucional de no aceptar un recurso para restablecer la personalidad jurídica del movimiento.
Actualmente, los 23 diputados de Arévalo se ven obligados a asumir el cargo como "independientes", estatus que les impide asumir puestos estratégicos en el Congreso, como presidencias de comisiones y secretarías.
El tribunal electoral había suspendido temporalmente la personalidad jurídica de Semilla en noviembre a petición de la fiscalía, una de las muchas decisiones implementadas por la justicia guatemalteca con el objetivo de contrarrestar el resultado de las elecciones de junio.
Esta actitud llevó al gobierno estadounidense a dictar una serie de sanciones tanto contra la fiscal general, Consuelo Porras, como contra numerosos miembros del poder judicial.
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