El crimen organizado y el narcoterrorismo han intentado controlar Ecuador y lo que comenzó con una grave situación en los penales con más de 170 guardias como rehenes ha generado una inusitada violencia en todo el territorio. El presidente Daniel Noboa -con pocos meses en el poder- ha declarado estado de "guerra interna" con toque de queda y amplios poderes a los militares.
En entrevista con radio Universo, el ministro Cordero recordó que Gendarmería de Chile -a cargo de las cárceles del país- conoce bien la situación en Ecuador, puesto que cuando se produjo la crisis anterior en el sistema penitenciario, la institución chilena prestó colaboración.
"Nosotros estamos muy distante de lo que ha estado sucediendo ahí en términos de régimen institucional, por las características de Gendarmería, la profesionalidad que tienen y el mecanismo de formación", apuntó Cordero.
Pero el ministro admitió enseguida que "la situación se observa, entre otras cosas, por la forma y modo que ha ido cambiando la composición del crimen que tiene una representación en la cárcel".
Analizó que las variables que confluyen en el conflicto que hoy atraviesa Ecuador, son múltiples, desde "el tipo de crimen que se ha ido cometiendo, el retraimiento estatal y, lo tercero, Ecuador abordó sus crisis de seguridad rigidizando el código penal, sin preocuparse de las condiciones carcelarias".
"Cuando se generan condiciones de sobrepoblación, sin preocuparse del control, de la fortaleza institucional, se generan condiciones de reclutamiento muy fácil, y la cárcel se transforma en el escenario ideal para que el crimen organizado logre reclutamientos muy fáciles", añadió.
Respecto de las cárceles en Chile, advirtió que "las traspolaciones no son correctas, pero la autoridad de Gendarmería lo dijo ayer, están hechas las evaluaciones de cada uno de los penales, de hecho, hoy en la mañana se está haciendo el primer operativo de intervención de los centros penitenciarios de todo el país, que es el que se realiza habitualmente".
En cuanto a una posible "señal de alerta" para Chile, el ministro reflexionó que, en efecto, "es una alerta en varios sentidos; una, que probablemente podría incomodar. El caso de la situación penitenciaria y gobernabilidad de las cárceles en Ecuador viene discutiéndose hace muchísimo tiempo".
"Lo que la evidencia demuestra, y uno de los primeros aprendizajes, es que esta idea que, endureciendo penas, va a meter más gente a la cárcel, y que esa es la manera en que la sociedad sanciona efectivamente", añadió.
"La segunda alerta o enseñanza, está vinculada a las fortalezas institucionales. El país ha venido en los últimos años fortaleciendo muy significativamente a Gendarmería, de hecho, no solo en términos de recursos, sino que en términos de atribuciones", agregó.
Y en tercer lugar, es clave "observar a la cárcel como parte del ciclo de seguridad. Si queremos focalizarnos en bandas criminales, debemos evitar contaminar y contagiar a personas con bajo compromiso delictual".
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