La posibilidad de un desalojo de los habitantes de la laderas está latente y más de 7.000 efectivos de las Fuerzas Armadas y la Guardia Nacional están en alerta para el caso de que la actividad de "Don Goyo", como se le conoce entre los pobladores de las cercanías, obligue a trasladarlos a refugios seguros. El semáforo del volcán sigue en Amarillo Fase 3, previo al Rojo, pero López Obrador llamó a los habitantes de las poblaciones más cercanas a las faldas del gigante de más de 5.452 metros de altura, el segundo más grande y también uno de los dos más activos del país, a "no alarmarse". "Se están revisando las vías de evacuación y la instalación de albergues cuando se requieran. Estamos pendientes de todo. Ya hay brigadas de la Defensa ayudando en la limpieza de la ceniza", afirmó. La enorme cantidad de polvo emitido durante las exhalaciones, que se observa como una gruesa columna gris que se eleva por arriba de las nubes, se está dispersando sobre todo del lado oriente del volcán, en el estado de Puebla, pero también está siendo transportado por el viento hasta zonas lejanas como la Península de Yucatán, sureste de México. Los habitantes de los alrededores han sido conminados a cubrirse la boca, los ojos y a tapar las rejas del drenaje, pues la ceniza al contacto con el agua se endurece como cemento.
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