Sudán se despertó en el caos. La rivalidad política entre los dos generales en la cima del Consejo soberano que, hasta el momento, guía al país, Abdel-Fattah Al-Burhan y el prorruso Mohamed Hamdan Dagalo, explotó en enfrentamientos y violencia en Jartum.
Los paramilitares sudaneses de las Fuerzas de Apoyo Rápido (RFS) buscan tomar el poder y socavar al ejército en una prueba de fuerza hecha de incursiones, tiroteos, raid aéreos, movilización de blindados y anuncios contrastantes.
En la noche la situación, que tiene atrapados a al menos 150 italianos, parece aún en equilibrio. Y solo provisorio es el balance de al menos tres civiles muertos y nueve personas heridas, entre ellas un oficial.
Las Fuerzas Armadas comandadas por el general Abdel-Fattah Al-Burhan, jefe del Consejo soberano, sostuvo que "reconquistaron todas las áreas vitales" y la situación motivada por los ataques de los paramilitares "está por ser resuelta".
Y admitió el haber perdido parcialmente y momentáneamente el control, el ejército confirmó que retomó el control de los aeropuertos de Jartum y Merowe, ciudad 440 kilómetros al norte de la capital, desalojando a las RFS comandadas por Mohamed Hamdan Dagalo, llamado "Hemeti", con fama de cercanía con Rusia y número dos del Consejo.
En la incursión a la escala aérea, las RSF incendiaron aviones civiles, incluido uno de Saudi Airlines.
Los primeros disparos de armas de fuego en Jartum fueron oídos hacia las 7 hora local, refirieron componentes de la ONG italiana 'Music for peace creativi della notte', mientrras Emergency fue obligada a cerrar su centro pediátrico a las puertas de la capital y a evacuar a su staff.
La aviación sudanesa anunció que atacó dos bases de los paramilitares en Jartum y en las redes sociales se observaron imágenes de los blindados armados en movimiento. Un funcionario de la ONU dijo que los choques "literalmente en todos lados" de la capital, también en la zona "Jartum 2" en los que se halla la embajada de Italia.
El canciller italiano, Antonio Tajani, efectuó un "llamado al diálogo y el cese de la violencia", y exhortó a los 150 italianos residentes en el país (la mitad en Jartum) a "no abandonar sus casas".
Llamados a poner fin a los choques provinieron de la ONU, Estados Unidos, la Unión Europea, la Unión Africana, la Liga Arabe y Rusia.
La fricción entre el ejército y los paramilitares se estaba agravando desde hace meses y frenaba la transición basada en un acuerdo-marco firmado el 5 de diciembre pasado. En el centro de la disputa figura la reforma militar con el ejército sudanés, que desea integrar las RSF en sus propios rangos a más tardar en dos años, mientras Dagalo quiere ponerse a disposición de una autoridad civil en un proceso más lento que podría llevar hasta 10 años.
El ejército, mostrando imágenes de Burhan comprometido en una sala operativa, afirma que siempre mantuvo el control de su cuartel general y desmintió una anunciada toma del palacio presidencial.
Un coronel admitió que hay "pérdidas" en el ejército, pero no estaba en grado de cuantificarlas.
"La batalla se decidirá en los próximos días", advirtió Dagalo. Las RSF, que en abril de 2019 participaron en el golpe de Estado militar que puso fin a la era del autócrata Omar al-Bashir, dispondría de 100.000 hombres.
Son una evolución de las notorias milicias "janjaweed", los "diablos a caballo" que combatieron para Bashir con el fin de sosegar la rebelión en Darfur de los primeros años 2000, un conflicto con al menos 2,5 millones de refugiados y 300.000 muertos.
Dagalo comparte con la milicia Wagner una mina de oro, fue a Rusia en la vigilia de la invasión a Ucrania y se dijo favorable a la construcción de una base rusa en el Mar Rojo, en Sudán.
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