(ANSA) - PARIS, 27 MAR - "Hasta la Gioconda está en huelga":
así escribió el sindicato CGT, el más duro en la batalla contra
la reforma de las pensiones en Francia, en su tercer mes de
escalada.
El museo del Louvre es la última pieza de Francia que ha
decidido cerrar sus puertas en señal de protesta, dejando fuera
a turistas y entusiastas.
Recolectores de basura y refinerías, ferroviarios y
transportistas, empleados estatales y portuarios hacen que el
país gire a cámara lenta, mientras la tensión en las plazas es
máxima.
Y para el décimo día de movilización, que promete ser de
alto riesgo de accidentes, el ministro del Interior reveló los
números de agentes desplegados en las ciudades: 13.000, de los
cuales 5.500 en París.
No hubo obras maestras de arte esta mañana para los
visitantes que esperaban frente a la entrada de la Pirámide del
Louvre. Muchos pidieron información, luego todo quedó claro
cuando llegaron grupos de trabajadores con banderas y pancartas
gritando consignas en contra de la reforma que eleva la edad
mínima para dejar el trabajo de 62 a 64 años.
Los servicios de inteligencia hicieron saber al Ministerio
del Interior que hay señales de que las protestas de mañana -en
París y en las principales ciudades del país- se consideran "de
muy alto riesgo de incidentes".
Por una serie de razones: la importante presencia de
estudiantes, de sectores anarquistas y otros elementos
radicalizados que marcharán, sobre todo, en la capital.
Pero la preocupación también la dicta lo que sucedió en el
intervalo nada pacífico entre el noveno día de movilización, el
pasado jueves, y el de mañana: los violentísimos enfrentamientos
de Sainte-Soline, en el oeste de Francia, por una protesta
contra la construcción de una cuenca hídrica para uso agrícola.
Según información, muchos de los "radicalizados" del sábado
son elementos comunes a los disturbios de las marchas contra la
reforma previsional. Dos manifestantes, gravemente heridos,
siguen en coma y un empeoramiento de sus condiciones podría
representar la chispa más de nuevos enfrentamientos.
Para complicar la situación, también está el recorrido de la
manifestación en París, que partirá de Republique hacia la plaza
de la Nación, pero se "dividirá" y una mitad de los
manifestantes pasarán por la plaza de la Bastilla, donde anoche
todo estaba blindado: escaparates, entradas de bancos, cajeros
automáticos, agencias de seguros y varios lugares abiertos al
público.
Es muy difícil aparcar en el barrio, desde hace una semana
las motos compartidas y las motos ya no se pueden dejar en la
zona de la Bastilla, la más afectada por los accidentes de la
semana pasada.
Pocos o nulos han sido hasta el momento los efectos de
declaraciones del Gobierno y de los miembros menos duros del
sindicato -como la de Laurent Berger de la CFDT- apuntando a
supuestas "aperturas" al diálogo.
Berger pide poner "en suspenso" la reforma de las pensiones
por 6 meses, pero nadie del gobierno ha comentado siquiera sobre
la propuesta.
La premier, Elisabeth Borne, durante una entrevista en el
Elíseo con el presidente Emmanuel Macron, afirmó que estaba
"disponible" para discutir programas y reformas, con la
excepción, sin embargo, de las pensiones. (ANSA).
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