Meloni se reconcilia con Macron

Migración, Pacto, Ucrania, Green Deal, agenda agitada con cercanías

Emmanuel Macron y Giorgia Meloni, apretón de manos en Bruselas. Inicio del deshielo (foto: ANSA)
Emmanuel Macron y Giorgia Meloni, apretón de manos en Bruselas. Inicio del deshielo (foto: ANSA)

(ANSA) - Por Michele Esposito- Hotel Amigo, a pocos pasos de Grand Place, en el corazón de Bruselas. En medio de la noche del jueves. En el bar del hotel, Olaf Scholz toma una cerveza con su personal después de un largo día en la cumbre de la UE.
    Un poco más arriba, en una gran sala de reuniones, la premier italiana Giorgia Meloni y el presidente francés Emmanuel Macron firman la ansiada tregua, dejando de lado las rencillas y desencuentros que hasta ahora les han dividido. Probablemente no nació una amistad, pero al menos una colaboración.
    A partir de ahora, la UE navegará en alta mar: una nueva crisis migratoria parece cercana, el Green Deal (el pacto verde para frenar los gases contaminantes) es un reto que poco a poco se hace más necesario y costoso, encima, el sistema bancario empieza a tambalearse. Francia e Italia necesitan una unión de intenciones. Sobre los inmigrantes, en primer lugar, pero también sobre ese Pacto de Estabilidad donde, tradicionalmente, la parte francesa es fundamental para Roma.
    En una hora y cuarenta cara a cara, sin ni siquiera la presencia de sus respectivas delegaciones, Meloni y Macron pudieron revisar los roces de los últimos meses. Fue la primera bilateral real para ellos.
    Anteriormente se habían reunido en Roma y Sharm el Sheikh, en encuentros informales, casi fugaces. El choque entre los ministros del Interior Matteo Piantedosi y Gerald Darmanin primero, y la exclusión de Meloni de la reunión del Elíseo entre Macron, Scholz y Volodimir Zelensky después, habían petrificado las relaciones, a pesar del Tratado del Quirinale.
    "Tuvimos una muy buena discusión con Meloni que nos permitió aclarar muchos temas y definir los temas sobre los que podemos actuar juntos", explicó Macron. "Estoy satisfecha, fue una reunión larga y amplia, hay ganas de colaborar", se hizo eco Meloni.
    En términos concretos, la reunión produjo al menos un paso adelante: una misión conjunta a Túnez, junto con la UE.
    Darmanin, Piantedosi y la comisaria de Asuntos Interiores de la UE, Ylva Johansson, llegarán próximamente al país norteafricano.
    El lunes, el comisario de Asuntos Económicos de la UE, Paolo Gentiloni, abrirá el camino.
    Mientras la ayuda del FMI a Túnez permanece congelada, Bruselas se ha movido. Gentiloni pondrá sobre la mesa la posibilidad de nuevas ayudas económicas siempre que Túnez cumpla los requisitos -sobre todo institucionales y vinculados a reformas- que pide Bruselas. La crisis social y económica tunecina ya no preocupa solo a Italia.
    Francia está lista para "actuar juntos" y el 5 de abril, en Roma, el tema de los migrantes también estará sobre la mesa para el acuerdo bilateral entre Meloni y el presidente español Pedro Sánchez.
    El lado de Francia también es fundamental en el Pacto de Estabilidad. "Estamos totalmente alineados", subrayó la primera ministra, que reiteró la tesis que traerá Roma a las mesas de la UE en abril: una regla de oro que separe las inversiones de transición del cálculo de la deuda o, en su defecto, un plan de repago de la deuda que se estire adecuadamente.
    "Si la estrategia es la doble transición, apoyo a Ucrania, debemos imaginar reglas que apoyen estas elecciones", es el razonamiento de Meloni. Francia, en este frente, es un espectador interesado también porque la flexibilización de las ayudas estatales, como ocurrió en las primeras fases post-Covid y pre-Recuperación, corre el riesgo de beneficiar sobre todo a Alemania.
    Asimismo, es de gobernanza económica de lo que hablaron Meloni y su homólogo griego Kyriakos Mitsotakis, insistiendo Grecia en llevar el debate sobre la propuesta del Pacto que llega en abril al nivel de los líderes y no de los ministros de Hacienda. Para Roma, la negociación sobre los cambios al PNRR (el plan de recuperaciòn) sigue cuesta arriba.
    De hecho, Meloni habló al respecto con Ursula von der Leyen por la mañana y próximamente el ministro italiano de Asuntos UE, Raffle Fitto, volverá a Bruselas para una etapa de las negociaciones.
    No en vano, en el juego de intercambio con Macron, Meloni sumó su batalla sobre la inclusión de la energía nuclear en las fuentes del plan Net Zero (reducción extrema de gases contaminantes). "La transición debe ser socialmente sostenible", reiteró la premier. Pero el cese de automóviles contaminantes en 2035, un -ahora probable- acuerdo entre la Comisión y Alemania, haría que Italia fuera derrotada. (ANSA).