(ANSA) - La Unión Europea trata de superar la oposición alemana a la prohibición de producir motores de gasolina y diésel en 2035, una medida que también resisten Italia y otros países.
Las conversaciones entre Bruselas y Berlín "están en marcha para garantizar que el acuerdo" para detener la producción de motores de gasolina y diésel en 2035, se vote "de manera positiva lo antes posible".
Así lo aseguró un portavoz de la UE al comentar el estancamiento que persiste desde hace semanas sobre la ratificación definitiva del acuerdo, bloqueado por las reservas manifestadas por Alemania, Italia, Bulgaria y Polonia.
Bruselas se compromete a "ofrecer las garantías necesarias en particular a las autoridades alemanas sobre la interpretación del acuerdo" para "aclarar" en particular "el papel de los electrocombustibles (e-fuels)", subrayó el portavoz, que se mostró "confiado" en la posibilidad de "llegar a un entendimiento".
"Dado que la renovación de la flota es la herramienta más poderosa para reducir las emisiones de CO2 y contaminantes, debemos buscar formas de acelerarla", afirmó Luca de Meo, presidente de ACEA (asociación de fabricantes de automóviles de la UE) y director general del grupo Renault.
Sobre los vehículos "hay un acuerdo, que prevé el cese de los contaminantes a partir de 2035, y creo que debemos ceñirnos a lo acordado", aseguró el ministro francés de asuntos de la UE, Laurence Boone.
"Y no tengo ninguna duda de que Alemania encontrará un acuerdo en su coalición sobre esto", agregó Boone, ante el Consejo de Asuntos Generales, que prepara el Consejo Europeo del jueves y viernes.
Alemania e Italia, probablemente los dos países con mayor industria automotriz del continente junto a Francia, podrían votar en contra de todo el proyecto si no se incluye una enmienda que incluya una eximición para los vehículos que usan combustibles sintéticos neutrales para el clima.
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