(ANSA) - ROMA, 07 FEB - Hay otra línea de falla importante
que se ha activado entre Turquía y Siria; tras los dos grandes
terremotos que se produjeron ayer en la región, el primero de
magnitud 7,8 y el segundo de 7,5.
El segundo sismo pareció inicialmente una rélica, pero tras
los primeros análisis se supo que se había desencadenado una
segunda falla, de entre los 70 y 80 kilómetros de largo y
ubicada justo al norte de Anatolia Oriental.
"Dobletes como estos no son raros" y "ciertamente muchas
fallas menores también se han activado", observa el presidente
del Instituto Nacional de Geofísica y Vulcanología (Ingv), Carlo
Doglioni.
Para tener una idea de la energía desatada, basta con
considerar los al menos 300 temblores registrados durante 13
horas, a partir de la medianoche.
Al igual que Anatolia Oriental, la nueva falla también ha
provocado un desplazamiento de la tierra de Anatolia.
"En algunas partes de la falla se ha calculado un
desplazamiento del suelo de hasta 10 metros", dice el sismólogo
Alessandro Amato, del Ingv.
"Hubo un movimiento transcurrente", es decir, el suelo se
deslizó horizontalmente a lo largo de los dos bordes de la
falla, "con una orientación a la izquierda, en dirección al
Egeo".
La falla de Anatolia Oriental y la nueva falla terminaron
convergiendo hacia el este, formando un ángulo agudo. Juntas,
las dos fallas han producido cientos de réplicas, de las cuales
al menos tres tienen una magnitud igual o superior a 4 y al
menos cuarenta tienen una magnitud igual o superior a 4.
Así indica la lista del sitio que se actualiza
constantemente la situación sísmica en la zona, gestionado por
la Universidad del Bósforo con el Observatorio Kandilli, el
Instituto de Investigación de Terremotos (Krdae) y el Centro
Regional de Seguimiento y Evaluación de Terremotos y Tsunamis
(Bdtim).
Se trata de un mapa animado, donde los puntos rojos de los
terremotos dibujan una doble diagonal que asciende hacia el
noreste desde la frontera con Siria. Da buena idea del "volumen
de la corteza que se mueve", observa Doglioni, con las fallas
que liberan la energía acumulada, produciendo el temblor.
De hecho, las réplicas ocurren porque, cuando la falla
principal libera energía con el terremoto, induce a las fallas
adyacentes a cargar más y eventualmente a romperse. Esta es la
razón por la cual, en el mapa, los colores asociados con
terremotos menos fuertes son más numerosos.
Ambas fallas generaron sismos menores, comportándose como
una abrazadera que los sismólogos conocen desde hace mucho
tiempo.
"Vemos muchos tirantes, incluso en Amatrice y Norcia la
secuencia sísmica vio dos fallas diferentes", dice Doglioni
refiriéndose al terremoto que ocurrió el 3 de septiembre de 2016
y llegó unos días después, el 24 de agosto. Observar estos
fenómenos, añade, es una especie de "experimento científico en
el que llegamos a entender cosas nuevas". (ANSA).
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