Se llama "'La niña bruja'. El libro de mis sueños" y todo fue escrito a mano.
"Les contaré la historia real de una niña, una bruja, una santa, una hierba indestructible", escribe en el libro Sandra Milo, fallecida hoy a los 90 años en su casa "en paz, durmiendo en su cama", como dijeron sus hijos Débora, Ciro y Azzurra.
Se trata de una autobiografía onírica e imaginativa en la que la actriz, seudónimo de Salvatrice Elena Greco, nacida en Túnez el 11 de marzo de 1933, habla de sí misma sin filtros. Un retrato inédito de ella misma y del mundo en el que vivió: su infancia pobre, sus hijos, sus encuentros, Federico Fellini, su "amor imperativo", sus caídas profesionales y existenciales.
Actriz, cantante y presentadora de televisión, entre los rostros más conocidos del cine italiano, gracias a su participación en películas como "El general della Rovere", "Adua y sus compañeras", "Fantasmas en Roma", "Julieta de los espíritus" y sobre todo "8½", premiada con el Oscar, dice, el cine, la relación con su padre, su madre enferma de cáncer, su extraordinario poder de seducción que esconde un alma intensa y poética. En este "libro de sueños", casi como acuarelas, no sólo está la actriz, sino también la mujer y la madre a quienes da voz con una escritura potente, hilarante, a veces dolorosa y a veces conmovedora.
Lo que mueve los hilos de su historia es el amor, que es el telón de fondo de toda una existencia.
"Por eso me abastezco de él, lo busco siempre, lo mantengo vivo y brillante en mí, y siempre es en el amor que encuentro paz, que identifico el significado de todo", dice Milo.
Lo que emerge es la larga vida de una mujer que nunca tuvo miedo, que siempre vivió "arrastrada a los remolinos más atractivos de la vida".
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