El oscuro cuento de hadas Turandot, que abrió la temporada del Teatro San Carlo de Nápoles y firmado por el superintendente y director artístico Stéphane Lissner, fue muy aplaudido.
Triunfo de las voces, desacuerdo de la dirección, primera experiencia italiana del talentoso ruso Vasily Barkhatov.
Ovación del público también para el director musical Dan Ettinger, que dirigió la orquesta Massimo en su primera inauguración. En la nueva producción, la princesa Turandot es la diva estadounidense Sondra Radvanovsky, Calaf es Yusif Eyvazov, Timur es Alexander Tsymbalyuk, Liù es la estrella de Campania Rosa Feola, la más aplaudida.
Se trata de una producción fantasmagórica sobre los misterios de la muerte y el amor. Turandot de San Carlo comienza con una pequeña película rodada en la hermosa iglesia napolitana de San Lorenzo Maggiore: Calaf y Turandot son una pareja que discute en el coche que regresa del funeral de Timur.
De fondo, el miedo de la princesa a ser víctima de la violencia masculina, como su abuela, pero también la muerte de Liù, la exnovia de Calef. En definitiva, la pareja está claramente en crisis.
De repente se enciende la luz de los faros de un camión y se oye el sonido de un terrible accidente. Se abre el telón y see entra en la dimensión de la obra, como en un sueño o más bien en una oscura pesadilla.
Está el auto destruido, un quirófano en una jaula que subirá y bajará en el escenario durante todo el espectáculo. Esa es la realidad, donde Calef lucha entre la vida y la muerte. En coma tiene visiones y encuentra a Timur y Liù, pero desea seguir con vida y no abandonar a su amado Turandot, quien mientras tanto, en la otra dimensión, ruega a los médicos que lo salven.
En el segundo acto se vieñve a la escena inicial con los papeles invertidos: es Turandot quien lucha por su vida en la cama del hospital mientras Calef está a salvo. La protagonista absoluta, con armadura de Juana de Arco, recordará en su sueño la violencia que sufre su abuela que la obliga a odiar a los hombres.
La famosa escena del acertijo realza aún más la humanidad de los personajes diseñados por el director moscovita. En el tercer acto, explica, "Calef debe resolver lo que está pendiente, se encuentra con su padre y con Liù y los deja ir. Aquí es donde termina la partitura con la muerte de Puccini".
Habiendo elegido musicalmente el final corto de Alfano, el más interpretado, queda también el tercer 'Puertas correderas' con el dúo de amor y final feliz. La película vista al principio vuelve a empezar, pero esta vez no pasa nada, el accidente no ocurre, todo ha sido imaginado. Los dos se besan cinematográficamente. El amor triunfa y el mensaje es que nunca tiene sentido ir a la guerra. Sólo el gong sigue siendo chino.
Para Ettinger ''Parte de esta música abruma, conmociona, también por su carácter militarista y dictatorial, nos recuerda el clima de aquella Europa, la guerra, las violaciones".
Las escenas son de Zinovy ;;;;Margolin, los trajes de varias épocas fueron diseñados por Galya Solodovnikova, las luces (y los carteles luminosos con las palabras clave esperanza, sangre y amor) a cargo de Alexander Sivaev.
El espectáculo, última obra maestra de Giacomo Puccini, marca el inicio de las celebraciones del centenario de la muerte del compositor en 2024 y es también un homenaje a Maria Callas (nacida en 1923) que interpretó el papel tres veces en 1949 en su debut napolitano.
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