(ANSA) - ROMA 19 SEPT - Más de tres horas de espectáculo,
unas cuarenta canciones en cartera, más de cien artistas en
escena y 550 trajes escénicos conforman "Tuttocuore", un
espectáculo inmersivo, visionario, poderoso que prepara el
cantante italiano Claudio Baglioni para presentar en Roma.
"A menudo los artistas veteranos buscan el monumento
autocelebratorió, que se convierte en una ceremonia colectiva en
la que no
hay nada más propulsor", dijo el cantautor romano al final del
ensayo general frente a unos cientos Invitados previo al debut
el 21 de septiembre en el Estadio Central del Foro Itálico.
"Pero también hay que guiar al público y nosotros, los
artistas, tenemos la responsabilidad de cambiar algo, no de dar
sólo lo que se espera. Tenemos que demostrar que no estamos
quietos, estamos caminando hacia algo nuevo y de diferente.
Buscar la no homologación", agregó.
El resultado es "Tuttocuore", el nuevo vivo que cierra
idealmente la trilogía abierta por "Al Centro" y continuada con
"¡Tutti su!", un espectáculo en el que se mezclan lenguajes,
artes y
espacios. Todo ello hábilmente dirigido por Giuliano Peparini.
"Lo definiría como un país de las maravillas - continuó
Baglioni-, de noche en noche descubro cosas nuevas. Quien decida
venir a ver un espectáculo debe sorprenderse. Hace un tiempo se
habló de la música escapista: bueno, no podemos hacer que el
número baje de tragedias que existen en el mundo (y durante el
espectáculo no faltan algunas referencias a la contemporaneidad
en las pinturas de Peparini que también se refieren a Ucrania o
a los niños soldados, ndr), pero podemos elevar el de las cosas
bellas y soñadoras".
Baglioni ciertamente no se reprime en opinar sobre lo que
está sucediendo en Lampedusa, donde está en su casa (reside
entre Roma y Lampedusa, ndr) y donde desde hace diez años, entre
2003 y 2012, organizó el festival O' Scià,
para sensibilizar sobre el problema de los inmigrantes.
"Si en Lampedusa hubiéramos puesto nuestras manos y nuestros
pensamientos hace 25 o 30 años, tal vez no habríamos llegado a
esto. Ahora es un problema para todos. Sólo hay que prepararse
para encontrar una solución, sin que estos temas vuelven a ser
materiales para los propósitos.
electorales, porque de lo contrario no saldremos de esta",
sostuvo
el cantautor cuyas palabras revelan un poco de amargura.
O'Scià fue una cita que recibió reconocimientos y aplausos
incluso fuera de las fronteras nacionales, pero en cierto
momento terminó.
"Como todas las cosas, también tuvo un principio y un final,
pero me sentí derrotado: hacían falta aportes, había que luchar
por ellos todos los años y eso fue un poco decepcionante. Porque
pensábamos que habíamos construido algo diferente e importante,
que iba más allá del torneo de bolos con el que estábamos
compitiendo por los mismos fondos, me sentí derrotado porque
nada ha cambiado", recordó.
"Y en el mundo no sólo existe Lampedusa, porque la gente se
mueve en busca de mejores situaciones para sus vidas. No podemos
ni condenamos a quienes hacen esto, ni siquiera a quienes ya no
pueden soportarlo. Como la guerra: ganan solo los poderosos, el
pueblo idiota debe intentar evitar la bala de cañón", comentó
con tristeza el artista.
El impacto del espectáculo es tal que la idea de que pueda
aspirar
a espacios aún más grandes está permitido y Baglioni lo
confirma: "Sí puede considerarse un ensayo general para el
escenario que se avecina
el año que viene, sin intentar perder el contacto con el
público".
Después del Foro Itálico, donde están previstas seis
fechas, "A Tuttocuore" se traslada a la Arena de Verona (5, 6, 7
8
de octubre), luego al Velódromo de Palermo (12, 13, 14 de
octubre) y
a la Arena della Vittoria de Bari (20 y 21 de octubre).
Por último, aseguró que no tiene tiempo para Sanremo.
"No, empezaré de nuevo con las fechas de enero. Quizás el
año que viene - bromeó -. Y además, ya pedí volver a ser
director artístico, con 16 canciones
en competición. Todo mío, para poder ganar". (ANSA).
TODOS LOS DERECHOS RESERVADOS. © COPYRIGHT ANSA