(ANSA) - MADRID, 29 MAG - El director de orquesta italiano
Giacomo Sagripanti debutará en el Teatro Real de Madrid, del 31
de mayo al 12 de junio, con una nueva producción de "El turco en
Italia", un drama cómico de Gioachino Rossini fechado en 1814.
El escenario es uno de los más importantes. Y la
satisfacción ciertamente no se puede ocultar. A sus 41 años, y
tras haber pasado ya por prestigiosas salas de ópera como París,
Londres, San Petersburgo o Nápoles, el director italiano ahora
llega a Madrid.
"Este es un teatro de primera, es el ambiente ideal", dijo
el maestro en una entrevista con ANSA.
Declarado Mejor Director Joven en los Premios de la Opera de
2016, Sagripanti (Giulianova, 1982) está considerado como uno de
los maestros más prometedores en proceso de consolidación. Y
desde hace ya varios años se ha acostumbrado a arrasar con su
música a lo largo y ancho de Europa.
"El 90% de mi trabajo está en el extranjero, pero no es una
elección, es simplemente la forma en que se ha desarrollado mi
carrera", explicó.
Tras empezar entre Italia y Alemania, ahora vive en Praga
con su mujer, también profesional de la ópera, y sus dos hijas.
Actualmente, ocupa el cargo de director titular de la Opera
Estatal de Tbilisi (Georgia) y está completando uno similar en
la Fundación Teatro Petruzzelli de Bari, sur de Italia,
compromisos que compagina con colaboraciones en varios otros
teatros.
El maestro italiano ya actuó en escenarios operísticos
españoles en otras ocasiones. Pero subir al escenario del Real
de Madrid, un teatro que "ha crecido mucho en los últimos
tiempos", representa una ocasión especial.
"Hay un equipo formidable, trabajan muy bien, hay una gran
profesionalidad", afirmó.
Sobre la base de las experiencias ibéricas del pasado, la
expectativa es de un "público formado" y comprometido.
"La ópera aquí es muy sincera... El público conoce a los
cantantes y los títulos", relató.
Sagripanti y los compañeros implicados en la nueva versión
de "Il Turco in Italia", coproducida por el teatro madrileño con
la Opera de Lyon y el Nuevo Teatro Nacional de Tokio, intentarán
complacerlo.
"Es una producción muy bonita", aseguró el director
italiano, que en esta ocasión trabaja con el director francés
Laurent Pelly, especialista en este tipo de "ópera cómica".
Junto a ellos, se integran al proyecto otros italianos, los
cantantes Pietro Spagnoli, Anicio Zorzi Giustiniani, Mattia
Olivieri, Paola Gardina y Chiara Amarù.
"Es el mayor número de personas para una sola nacionalidad
en esta producción, y esto nos hace comprender cuán directamente
la obra está conectada, precisamente a nivel embrionario, con el
espíritu italiano y con Italia", dijo Sagripanti.
Las experiencias internacionales le han permitido
experimentar los efectos que las consecuencias de la guerra de
Ucrania han tenido también en el mundo de la ópera.
"Al principio recuerdo sobre todo una gran movilización a
favor de la paz", dijo, "pero también una sensación un poco
exagerada de discriminación contra los artistas rusos".
Una situación que, observó, se fue superando gracias a la
dimensión "universal" que representa la música.
"Los artistas somos artistas... y nunca hemos tenido el
problema de los pasaportes", señaló.
"En una orquesta puede haber ucranianos o rusos con
españoles, italianos y sudamericanos… Y todos juntos, aunque no
hablemos el mismo idioma, nos entendemos", sostuvo.
Según Sagripanti, Italia debería "invertir" más en este
"poder" de la cultura y en los "valores" que puede transmitir.
"No lo creemos lo suficiente", observó el maestro, quien
también tiene compromisos como profesor de conservatorio.
"Veo una sensación de resignación en muchos jóvenes, y, en
cambio, necesitan ser estimulados", dijo.
"Me gustaría verlos conscientes y convencidos,
independientemente del trabajo que hagan", concluyó. (ANSA).
TODOS LOS DERECHOS RESERVADOS. © COPYRIGHT ANSA