(ANSA) - ROMA, 13 MAR - El cineasta Guillermo del Toro fue
aclamado hoy en las redes sociales y en los ambientes políticos
y otros sectores de México como un verdadero paladín, al obtener
su tercer Oscar a la mejor película animada en Hollywood, la
tercera a lo largo de su carrera.
El presidente Andrés Manuel López Obrador lo calificó como
"excepcional" y "orgullo para México", luego que ayer el
realizador, de 58 años, obtuviera la estatuilla más codiciada
del cine de Hollywood por su película "Pinocchio", sobre la obra
del italiano Carlo Collodi, publicada en 1881.
Producida por el gigante del streaming Netflix, mediante la
técnica conocida como "Stop Motion", la cinta hizo ganar al
realizador mexicano este reconocimiento cinco años después de
obtener sus dos primeros óscares, a mejor película y mejor
director por "La Forma del Agua".
El canciller mexicano Marcelo Ebrard envió a Del Toro sus
"sinceras felicitaciones" y lo tachó igualmente como "un
orgullo" para el país.
El jefe de la bancada oficialista en la Cámara de Senadores,
Ricardo Monreal, calificó de "enternecedora" la cinta animada de
su compatriota, a quien felicitó "por su merecido premio".
Otra exponente notable de la escena política, la jefa de
gobierno de la Ciudad de México, Claudia Sheinbaum, envió un
abrazo a Del Toro por su tercer Oscar y dijo que "los mexicanos
estamos muy contentos de verte triunfar" en Hollywood.
El diario capitalino El Universal señaló que Del Toro "se
convirtió en héroe nacional al otorgarle a nuestro país un
triunfo más en el mundo del cine" y dijo que Pinocho es "su
trabajo más personal y una cinta que rápidamente se ha
convertido en la favorita del público".
Pinocho competía con una secuela de "El Gato con Botas" y
"Red" de Disney, pero era la gran favorita para alzarse como la
triunfadora en su categoría.
Del Toro dijo en sus primeras declaraciones luego de obtener
el Oscar que su triunfo "abre las puertas para otros latinos" en
Estados Unidos, a los que animó a "hacer las cosas bien para que
lleguen más oportunidades".
Asimismo, hizo notar que "las cosas han cambiado desde que
llegué en los 90", cuando "había mucho racismo abierto".
Ahora, en cambio, se ha roto el "techo de cristal" pero
"tienes que empujar todo el tiempo" porque esto "no termina con
una generación ni con una persona", afirmó. (ANSA).
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