(ANSA) - BUENOS AIRES, 03 MAR - Italia se redescubre "Divina"
en la programación del Teatro Colón de Buenos Aires, uno de los
escenarios más prestigiosos de América Latina y del mundo.
La estación dedicada al Belpaese, presentada en el Palacio
Alvear, en la capital argentina, para la ocasión ataviado de
juegos de sonido, luz y colores como confirmación de la
colaboración entre la embajada de Italia, el Istituto Italiano
de Cultura (IIC) de Buenos Aires y el Teatro Colón, promete
volver a evocar la gran herencia del arte musical italiano de
célebres compositores como Donizetti, Verdi, Rossini, Puccini,
unida a los nuevos clásicos, a las tendencias compositivas más
actuales, llevadas a la escena por algunos de los más grandes
directores y coreógrafos del presente.
Un ejemplo tangible de como es "estrecha y de altísimo
nivel la cooperación en el ámbito cultural entre Italia y
Argentina, un ligazón histórica que constantemente se renueva
con una mirada hacia el futuro", resaltó el embajador Fabrizio
Lucentini, que en virtud de esta cooperación, en el curso del
evento en la inauguración de la estación, valorizó la
candidatura de Roma, "ciudad única por su extraordinaria
tradición y producción artística" como sede de la Exposición
Universal 2030.
Un anuncio, el de "Divina Italia", portador del signo de la
fértil sociedad creativa y de expresión de gratitud por un
magnífico patrimonio y por los proyectos contemporáneos de los
que son hijos.
"No solamente un programa bien confeccionado de espectáculos
maravillosos -subrayó la directora del IIC, Donatella Cannova-
sino también un dispositivo capaz de transmitir arte, belleza,
creatividad y cultura, nacido de la fuerza de los vínculos
culturales que unen a Italia y Argentina".
Un ciclo sin precedentes que tendrá su debut el martes 7 de
marzo, con la Sinfonía N° 2, Resurrection, de Gustav Mahler, con
la dirección del maestro Charles Dutoit, con la Orquesta
Filarmónica de Buenos Aires, con escenografía, trajes y luces
del director Romeo Castellucci.
Un espectáculo imponente que lleva al escenario una
representación plástica "de la eterna lucha entre el bien y el
mal, pero sobre todo que deja entrever cómo generalmente es la
vida la que prevalece, también en medio de las devastaciones.
Una resurrección, homenaje a 40 años del retorno de la
democracia" en Argentina, y un auspicio universal, como explicó
el director general y artístico del Teatro Colón, Jorge
Telerman.
Entre los espectáculos de relieve, también el Fausto de
Charles Gounod, una de las melodías más célebres del repertorio
lírico francés, que el 14 de marzo inaugurará la estación del
Belcanto.
Stefano Poda, desembarcado en Buenos Aires con nueve
containers para los montajes, es el director de esta producción
del Teatro Regio de Turín, del Israel Opera y de la Opera de
Lausana, con la dirección musical a cargo del maestro Jan
Latham-Koenig, con la intención de conceder al espectador en la
platea el descubrimiento de un secreto además de su profunda
vida.
"El teatro sigue siendo hoy la única ocasión de compararnos
con nosotros mismos -dice Poda ANSA-, y en este sentido el
teatro se convierte en el verdadero templo del humanismo. Un
modo de reencontrarnos y dar valor a la propia vida".
Un repaso de propuestas, de la lírica a la música de cámara,
del ballet a espacios por los más pequeños, que se articulará en
decenas de títulos y centenares de espectáculo y que, entre
fines de mayo y comienzos de junio, traerá a la capital
argentina también a Roberto Bolle en el ballet dedicado a
Caravaggio, basado en la música de Claudio Monteverdi y creado
por el coreógrafo italiano Mauro Bigonzetti. (ANSA).
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