Al menos, así lo afirman los rumores recogidos por los tabbloides británicos, The Sun en primer lugar.
Según uno de los informantes habituales de la corte, el Palacio de Buckingham ya se ha puesto en contacto con la leyenda de los Beatles y los detalles solo se están resolviendo.
Tanto el rey como la reina consorte Camila, que será coronada con él, consideran "ideal" la elección, dijo la fuente, recordando la familiaridad personal de sir Paul (al igual que su hija Stella, reconocida estilista) con la casa Windsor y con Carlos en particular.
El programa completo de celebraciones sigue estando amparado por una cierta confidencialidad; mientras que, entre las muchas razones para esperar, hay preguntas sobre la presencia o ausencia del hijo menor del monarca, el príncipe rebelde Harry, con su esposa Meghan.
Carlos parece estar decidido a invitarlo desde Estados Unidos de todos modos, a pesar de los venenos familiares alimentados por la reciente publicación de la autobiografía más vendida "Spare".
Sin embargo, se sabe con certeza que la cita histórica -aunque más corta que la que en 1953 supuso la coronación oficial de Isabel con Felipe a su lado- no será en tono menor, a pesar de algunas sugerencias cortesanas iniciales vinculadas al período de crisis que el Reino Unido, al igual que otros países, está enfrentando.
Comenzando con la solemnidad del rito religioso fijado para el 6 de mayo en la Abadía de Westminster, en presencia de líderes británicos e internacionales e invitados de honor.
Es el colofón del evento enmarcado en tres días de festejos durante los cuales, entre otros, están previstos banquetes públicos por la isla; iniciativas con organizaciones humanitarias auspiciadas por la Casa Real y un concierto de gala señalado en el calendario para el día 7.
Concierto del que, de hecho, McCartney debería volver a ser la estrella: como ya lo fue con motivo de varios jubileos del largo reinado de Isabel II.
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