(ROMA) - Considerado el antiguo guardián de historias, leyendas y misterios, el río Tíber discurre por 400 kilómetros a lo largo de plácidos tramos y suaves serpenteos en un concentrado de naturaleza, belleza y pueblos por descubrir.
Los últimos 70 kilómetros, de Fiano Romano a Ostia, pasando por Roma, se pueden recorrer con Tiberland, el nuevo proyecto de experiencia de viaje Destination Management Organisation (DMO).
Se trata de un proyecto que reúne a instituciones, asociaciones y operadores turísticos y culturales de la capital y el valle italianos y desembocadura del Tíber que, juntos, trabajan para valorizar lugares, oasis y reservas naturales con actividades e iniciativas.
El curso del río en Lacio se convierte en una forma de viajar entre sugerentes paisajes y visitas a pueblos que rodean la capital desde hace miles de años y comparten su eterna belleza.
Apostando por la sostenibilidad y la hospitalidad local, el proyecto propone recorridos a pie, en bicicleta o e-bike, en barco o canoa y a caballo para ir descubriendo poco a poco un territorio milenario que aúna historia, arte, naturaleza y gastronomía.
“Con esta iniciativa, estamos allanando el camino para el nuevo Parque Lineal del Tíber, un contexto lleno de arte, naturaleza, tradición, historia, que, junto con la región de Lazio, ya hemos propuesto como patrimonio de la UNESCO”, explicó Alberto. Acciari, presidente de Tiberland.
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