Un trágico fin de semana de Pascua se vivió en las aguas del Mediterráneo, donde se intensificaron los reportes de embarcaciones dañadas y migrantes en busca de auxilio, con un crescendo de la actividad de los rescatistas que desde el viernes al lunes permitió rescatar a unas 2000 personas.
A ellas se sumaron otros 1200 migrantes, para los cuales se realizan aún labores de rescate en el Mar Jónico, entre Sicilia y Calabria.
En tanto, 38 son las víctimas de dos naufragios, uno frente a las costas de Túnez y otro en aguas maltesas, y 18 están desaparecidos.
Los dos rescates del Lunes Santo fueron los más complejos, ya que involucraron a unas 1.200 personas.
La Guardia Costera intervino para rescatar a dos grandes embarcaciones: un barco de pesca con 800 migrantes a bordo, ubicado a más de 120 millas al sureste de Syracuse, y otra nave con 400 a bordo en el área italiana de Sar, 170 millas al sureste de Capo Passero, informó Alarm Phone, que había dado la alarma al final de la jornada de Pascua.
Las operaciones de salvataje al sureste de Siracusa fueron coordinadas por Nave Peluso con el apoyo de tres lanchas patrulleras Sar clase 300 y la asistencia de un buque mercante presente en la zona.
En cambio, la intervención al sureste de Capo Passero fue gestionada por Nave Diciotti con la ayuda de dos buques mercantes de asistencia. En apoyo a las operaciones de búsqueda y salvamento de estos días, también participan aeronaves de la Guardia Costera y Frontex.
Tras el respiro concedido por el mal tiempo, las salidas de migrantes hacia las costas italianas se reanudaron así a toda velocidad, como demuestran las más de 40 pequeñas embarcaciones que arribaron a Lampedusa en los últimos tres días, para un total de casi 2.000 gente.
Entre ellos también se encontraban los supervivientes de un naufragio en aguas maltesas que, según testigos, habría provocado la muerte de al menos 18 migrantes, actualmente aún desaparecidos.
A ellos se suman las 35 víctimas del naufragio del sábado frente a las costas de Túnez, presentes en una carreta marítima junto a otros 15 migrantes que, sin embargo, se salvaron.
Víctimas a las cuales se suma el cadáver de un nigeriano que iba en una pequeña embarcación de 7 metros, con 38 migrantes, rescatado el domingo frente a Lampedusa por la Guardia Costera, y otros dos cuerpos recuperados en el mar y llevados a Lampedusa por la ONG Resqship, junto con 22 supervivientes.
En cambio, dos pequeñas embarcaciones con un total de 43 migrantes fueron bloqueadas por la Guardia Costera de Túnez frente a las costas de Monastir y Nabeul.
Cifras que volvieron a colapsar el punto de acceso de la isla.
La instalación de Contrata Imbriacola alberga actualmente a unas 1.800 personas, cuatro veces más que su capacidad máxima.
Y, por si fuera poco, también terminaron en la mira los autobuses usados para trasladar a los migrantes desde el muelle hasta el Centro y desde el primer recinto de acogida hasta el puerto, donde se realizan los traslados con los transbordadores de línea: no sería adecuado y sufriría continuas ralentizaciones, tanto que la comisaría de Agrigento puso en marcha una serie de controles tanto a los vehículos como a quienes los manejan.
Entre los 1.800 hospedados del Centro también se encuentran los 22 supervivientes, entre ellos 9 mujeres, del naufragio ocurrido en la noche entre el sábado y el domingo en aguas del Sar maltés.
Una tragedia sobre la que la fiscalía de Agrigento también abrió una investigación, que investiga la complicidad en la inmigración ilegal y la muerte como consecuencia de otro delito.
Los supervivientes serán escuchados por los agentes del Escuadrón Volador que intentarán reconstruir lo sucedido.
Habían salido de Sfax y cuando el barco se hundió, los migrantes permanecieron en el agua durante al menos un par de horas antes de ser rescatados por el barco Nadir de la ONG Resqship.
Una "tragedia indescriptible - atacó la ONG alemana - que podría y debería haberse evitado con un enfoque humanitario de la migración en lugar de asegurar las fronteras europeas".
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