(ANSA) - NUEVA YORK, 28 FEB - A tres años del comienzo de la
pandemia de Covid-19, los estadounidenses continúan abrazando el
trabajo remoto, dando la espalda a las oficinas con mayor
regularidad que sus colegas en el exterior.
La ocupación de las oficinas en Estados Unidos se ubicó
entre el 40% y el 60% de los niveles prepandemia, variando por
mes y por ciudad, mientras en el Viejo Continente y en Asia la
tasa oscila entre el 70% y el 90%, según el Wall Street Journal
(WSJ), que cita un análisis de JLL, sociedad de servicios
inmobiliarios con 4,6 millones de metros cuadrados de
propiedades inmobiliarias a nivel global.
El retorno a la oficina, según JLL, fue todavía más común en
Asia, donde las tasas varían del 80% al 110%, lo que significa
que en algunas ciudades hoy hay más personas en la oficina
respecto a antes de la pandemia.
En París y Tokio el promedio es de más del 75%. Casas más
grandes, traslados más extensos y un mercado de trabajo más duro
ayudan a explicar el porqué los norteamericanos transcurren
menos tiempo en oficina en relación con los europeos y
asiáticos, observan los expertos del sector.
Esta diferencia de hábitos de retorno a la oficina no solo
aventaja a los propietarios extranjeros más que sus colegas
estadounidenses, pero tiene un impacto directo sobre la rapidez
con las cuales las áreas metropolitanas se recuperan del shock
económico de la pandemia.
Las ciudades en Europa y en Asia recuperaron las imágenes
relativamente bien. Pero los edificios con oficinas vacías y los
pasajeros desaparecieron minaron la reactivación de las ciudades
estadounidenses como Nueva York y San Francisco, donde sufrieron
restaurantes, negocios y otras actividades que cuentan con
empleados como con clientes en forma principal.
El número de desocupados en la ciudad de Nueva York aumentó
83.500 unidades entre el comienzo de 2020 y el tercer trimestre
de 2022, con una tasa de desocupación de la ciudad que subió más
allá de la media nacional, según un informe del New School
Center for New York City Affairs.
Muchos de ellos que perdieron el puesto trabajaban en
Manhattan en sectores que se basan en relaciones personales,
como la venta al por menor, alojamiento y servicios de
restaurantes.
La baja de los valores de las oficinas amenaza afectar los
balances de las ciudades que dependen de las tasas a la
propiedad. También disminuyó el número de pasajeros en los
medios públicos y está pesando en las finanzas de las
autoridades del transporte público. (ANSA).
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