Además, finalizaron el año pasado con el poder adquisitivo cayendo por segundo año consecutivo, como resultado de una inflación que superó los ingresos y los impuestos que han seguido golpeando duramente a las familias.

    La fotografía de ISTAT en las cuentas nacionales del año pasado, efectivamente, describe una Italia a dos velocidades en su salida de la crisis de la doble guerra pandémica en Ucrania.

    Las familias se enfrentan a la presión sobre las medidas de apoyo debido a los altos precios de la energía y los ingresos de los ciudadanos.

    Y las empresas que, en conjunto, a pesar de mejorar sus beneficios, según los cuadros del Istat, han seguido recibiendo importantes ayudas tanto de la administración pública como de Europa: 55.200 millones en contribuciones públicas en 2023 (23.800 millones para la producción, que incluyen créditos fiscales para los gastos energéticos por 31.400 millones para inversiones), frente a casi 58.000 millones en 2022, pero a niveles desconocidos en los años anteriores a la pandemia, cuando la cifra estaba por debajo de los 20.000 millones por año.

    En el contexto de lo que Codacons define como "cifras preocupantes" hay una inflación acumulada que, en dos años, entre el aumento de precios del +5,7% en 2023 y el 8,1% en 2022, ha quitado mucho más a las familias. de los aumentos salariales han conseguido volver: algunos economistas estiman un aumento acumulado de los precios del 18%.

    El resultado, según las cuentas del instituto de estadística, es que en 2023 la renta disponible de las familias aumentó un 4,7%, pero neta de inflación, el poder adquisitivo disminuyó un 0,5%.

    El gasto en consumo final creció un 6,5% (en valor, por lo tanto inflado por los precios), pero para mantenerse al día con los gastos, las familias tuvieron que ahorrar menos: la propensión de las familias a ahorrar cayó al 6,3% desde el 7,8% en 2022, alcanzando el mínimo desde 1995, el inicio del período de referencia contable, e incluso peor que el 6,7% de 2012, el año de las duras medidas, también en el frente fiscal, para reducir el diferencial.

    Se pueden ver señales positivas en el último trimestre de 2023, cuando la propensión a ahorrar aumentó al 7%. Por supuesto, existe el efecto pos-pandemia, con muchos que han vuelto a gastar, tal vez en viajes o gastos pospuestos durante mucho tiempo, después de haberlos acumulado a la fuerza durante los años de restricciones anti-Covid.

    Pero también está el recorte fiscal detrás de un 2023 que los consumidores de Adoc recuerdan como "annus horribilis para consumidores y ahorradores".

    Los impuestos corrientes pagados por las familias italianas aumentaron 24.600 millones de euros (+10,7% respecto a 2022), con un +10,2% para el Irpef y un +23% para las retenciones sobre las rentas del capital y sobre el ahorro gestionado.

    "El saldo de las intervenciones redistributivas en 2023 -explica Istat- quitó a las familias 118,8 mil millones de euros", 16,5 más que en 2022.

    Para las empresas, los impuestos sobre la producción marcan un aumento de 2,2 mil millones de euros (+7,5%).

    Según Confesercenti "pesa una larga ola de inflación, cuyo regreso está tardando más de lo esperado, pero también estamos empezando a sentir el efecto del arrastre fiscal", es decir, un aumento de los impuestos debido a las rentas nominales infladas por la inflación.

    En los últimos tres meses del año, los ingresos del Irpef aumentaron el doble que el aumento de los ingresos del empleo (+4,5%) y de los ingresos del trabajo por cuenta propia (+5,4%).

    "Por lo tanto, el lastre fiscal está empezando a hacer mella y empuja en la dirección opuesta al recorte de tipos que acaba de entrar en vigor". La ayuda proviene del recorte de la cuña fiscal, que está reduciendo las cotizaciones de los asalariados (-2,2%), pero no de los autónomos, cuyas cotizaciones han aumentado efectivamente un 7,3%, dos puntos más que el aumento de las rentas relativas.

    Pero sería necesaria - afirma Confesercenti - una nueva remodulación de las tarifas del Irpef, y la confirmación del recorte de la cuña extendiendo el alivio también a los grupos más débiles de trabajadores autónomos.