Según datos del INPE, en 2023 se perdió una superficie de 5.100 km cuadrados de bosque amazónico, la cifra más baja registrada desde 2018.
Sin embargo, la reducción de la deforestación en la Amazonía se ve contrarrestada por el aumento de la pérdida de vegetación en la región del Cerrado, la gran sabana tropical que constituye el segundo bioma más importante de Brasil.
Aquí en 2023 se destruyó la vegetación en una superficie de 7.800 km cuadrados, lo que supone un aumento del 43% respecto al año anterior.
En este caso se trata de la tasa más alta desde 2019.
En conjunto, considerando ambos biomas, la destrucción afectó el año pasado a 12.979 km cuadrados, lo que representa una disminución del 18% respecto a 2022.
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