(ANSA) ROMA - La economía italiana "lleva un año parada", con el freno de mano activado, y el PIB, que este año cierra con un crecimient del 0,7%, se incrementará apenas un 0,4% en 2023, el mismo nivel que la Eurozona, según las nuevas previsiones del centro de estudios Prometeia.
El PIB mundial, por su parte, crecerá un 2,6%, de acuerdo a Prometeia, que en el frente de la inflación estima una desaceleración que situará el índice en el 2,1% el próximo año y en el 1,9% en 2025. La inflación subyacente, sin embargo, se mantendrá en 2,5% el próximo año y sólo bajará hacia el 2% a partir de entonces.
El instituto señala la elevada deuda pública como el principal obstáculo que debe superar Italia y apunta al PNRR, el plan de recuperación y resiliencia con fondos europeos, como posible palanca de crecimiento.
A finales de 2024, los niveles de PIB serán en cualquier caso un 4,2% superiores a los de 2019, los de empleo un 2,9%, lo que equivale a 745.000 ocupados más, y la tasa de paro 2,2 puntos porcentuales inferior.
Son resultados que se reflejan en un ahorro financiero de los hogares que ha crecido en 160.000 millones de euros y en un saldo financiero de las empresas manufactureras que mejora en 150.000 millones de euros.
Para el cuarto trimestre del año Prometeia estima una ligera contracción del PIB (-0,1%), debida principalmente a la desaceleración del consumo. La herencia que quedaría hasta 2024 sería, por tanto, ligeramente negativa (-0,1%).
Suponiendo que no se produzcan nuevos shocks internacionales, en los próximos trimestres se registrará una recuperación que llevará a la economía italiana a crecer y el aumento tendencial pasará del -0,1% a finales de 2023 al +0,8% a finales de 2024.
La economía italiana -según Prometeia- puede salir de esta fase no especialmente lastrada y, por tanto, preparada para aprovechar las oportunidades que le brindará el nuevo escenario internacional.
Pero tendrá que lidiar con el problema de la deuda pública, que ha crecido unos 6 puntos respecto a 2019. La deuda era del 1,5% del PIB en 2019 y es probable que sea del 5,3% en 2023.
Sea cual sea la forma que adopte el Pacto de Estabilidad y Crecimiento que se debate en Bruselas, las cuentas públicas afrontarán una senda de reducción de la deuda.
Con políticas monetarias y fiscales que pueden ser neutras en el mejor de los casos, en un contexto internacional en el que las tensiones geopolíticas y las dificultades de China proyectan escenarios de crecimiento comercial mucho menos dinámicos que en el pasado, las palancas del crecimiento tendrán que encontrarse en Europa y directamente en Italia.
En la práctica - explica Prometeia - tendrán que venir "en su mayor parte en el PNRR, disponible hasta 2026".
"Proyectamos un crecimiento real del PIB de Italia en el bienio 2025-2026 del 0,8%, superior por tanto al crecimiento potencial, precisamente teniendo en cuenta los efectos expansivos de las medidas financiadas con el PNRR", explica el análisis del instituto de investigación.
Una última previsión se refiere a los tasas de interés. "El descenso de la inflación actual", explica el informe, "se reflejará en la disminución de la inflación esperada y provocará un alza de las tasas de interés reales, que será más sostenida mientras los principales bancos centrales mantengan sin cambios los tasas nominales".
En un contexto de fuerte debilidad económica mundial, "consideramos por tanto probable una primera reducción de tasas a partir de junio para la Fed y de julio para el BCE".
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