(ANSA) ROMA - A una semana de la Navidad, el incremento en el costo de las compras para las familias italianas no se frena: 9,2%, solo en los primeros nueve meses del año, frente a una canasta de productos cada vez más pobres, que ve reducirse las cantidades compradas de casi todos los bienes.
Se trata de un nuevo salto adelante en el gasto que se suma al aumento de 2022 (7%).
Todo ello a la espera de que el efecto combinado de la ralentización de la inflación (1,7% en octubre desde el 5,3% de septiembre) y las políticas de control del precio de los alimentos aplicadas por el Gobierno para proteger el poder adquisitivo produzcan sus efectos.
Esta es la imagen que ofrece Ismea, el Instituto de Servicios para el Mercado Agroalimentario, en su nuevo Informe sobre las compras de los hogares, elaborado a partir de los datos actualizados de septiembre del Observatorio, realizado junto con NielsenIQ.
Se trata, señala Ismea en el informe, "de un incremento para las familias de más de 7.000 millones de euros solo en los nueve primeros meses de 2023, frente a un carro de compras más ligero".
"Si además consideramos 2022, el mayor desembolso a soportar por el consumidor se estima en más de 13.000 millones", con productos básicos como el pan, la pasta, la leche y las conservas de tomate, con aumentos promedio de más de 20% (picos de 32% para la pasta y 29% para las conservas de tomate)".
Entre los tipos de familias compradoras, son las que tienen niños pequeños y adolescentes las que se enfrentan a mayores dificultades económicas y tienen que introducir estrategias de ahorro destinadas a limitar el aumento del gasto.
Para estas familias, el carro de la compra es más ligero y el aumento del gasto es menor que para otros tipos de familia: solo un 2,6%.
En cambio, los hogares más maduros (mayores de 55 años, tanto solteros como en pareja), aumentan el volumen comprado, con un incremento del gasto de entre el 12% y el 14%.
El gasto aumenta en todos los sectores alimentarios. A la cabeza de los aumentos se sitúa el aceite de oliva virgen extra, con una rápida subida de los precios (30%) y la consiguiente contracción de las compras (-11%).
Le siguen los huevos (17%), la leche y derivados (14,8%) y los derivados de cereales (13,9%). También fueron importantes los aumentos del gasto en hortalizas frescas y transformadas (9,4%) y carne (7,6%).
Menos significativa fue la progresión de las bebidas (5,7%), condicionada por el limitado aumento registrado por los vinos.
A destacar, la dinámica de los productos de marca de las distribuidoras que, en conjunto, representan el 31% de los productos denominados de gran consumo.
Entre los canales de distribución, el supermercado sigue siendo el predominante, con una cuota del 40% y una facturación interanual del +9,8%.
La tienda de descuento se confirma como el canal con mayor aumento de los precios medios, pero sigue siendo el que mejores resultados obtiene en términos de crecimiento de la facturación: 10,5%, al igual que los hipermercados, que se han recuperado claramente con respecto al año pasado.
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