Así dio cuenta el Panorama Social de América Latina y el Caribe que dio a conocer hoy la Cepal en su sede en Santiago y que este año analizó "La inclusión laboral como eje central para el desarrollo social inclusivo".
El informe de 242 páginas, señaló que en 2021, el patrimonio de los milmillonarios latinoamericanos representó un 3,6% de la riqueza de toda la población regional. Entre 2020 y 2021, la riqueza total de ellos creció con una intensidad mucho mayor que el patrimonio del resto de la población de sus países.
La influencia de la herencia en la riqueza es determinante.
El 54% de los superricos incluidos en la lista de Forbes de 2021 obtuvo su patrimonio parcial o totalmente por herencia.
En el extremo opuesto, los más pobres, hay avances. El promedio regional disminuye en 3,6% y la extrema pobreza en 1,8%. Esto sugiere una recuperación frente al impacto de la pandemia, incluso una leve mejoría respecto a 2019.
"Aunque destacamos la reducción de la pobreza en 2022, no hay razones para celebrar. Más de 180 millones de personas en nuestra región no cuentan con ingresos suficientes para cubrir sus necesidades básicas y, entre ellas, 70 millones no tienen ingresos para adquirir una canasta básica de alimentos", señaló, José Manuel Salazar-Xirinachs, máxima autoridad de la CEPAL.
"En total, agregó, casi un tercio de la población de la región vive en situación de pobreza, porcentaje que se eleva a 42,5% en el caso de la población infantil y adolescente, una realidad que no podemos tolerar. La incidencia de la pobreza también es más alta entre las mujeres, la población indígena y las personas que viven en zonas rurales".
Para 2023 se proyecta un leve aumento de la pobreza y la pobreza extrema, lo que alerta sobre la sostenibilidad de la recuperación experimentada en 2022.
"Para lograr una reducción sostenida y sostenible de la pobreza será preciso, por tanto, implementar una estrategia articulada y sólida de desarrollo social inclusivo, con fuerte acento en las políticas de inclusión laboral y en los sistemas de protección social", subrayó el documento de Cepal.
En la mayoría de los países analizados, la disminución de la pobreza en 2022 es consecuencia de un crecimiento real de los ingresos laborales.
Las personas jóvenes enfrentan mayores obstáculos para acceder al mercado laboral que los adultos, la tasa de desocupación juvenil es cerca de tres veces más elevada.
Un 23% de la población joven no estudia ni trabaja remuneradamente, siendo más del 70% mujeres. El 16% de los adolescentes (15 a 17 años) no asiste a la escuela.
La maternidad y las desigualdades de género en la distribución del trabajo remunerado y no remunerado pueden constituirse en importantes puntos de quiebre en las trayectorias educativas y en la transición al mercado laboral, en particular por la ausencia de políticas y sistemas de cuidados.
En 2022, la desigualdad del ingreso disminuyó hasta situarse en niveles inferiores a los que se habían registrado antes del inicio de la pandemia.
Pero el grupo de mayores ingresos capta entre el 29% y el 45% de ingreso total en cada país, mientras que el de menores ingresos capta entre el 0,4% y el 2,5%. En el promedio simple de los 15 países de la región, el decil más rico recibe un 34,9% del ingreso total, 21 veces más que el decil más pobre (1,7%).
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