El Fondo Monetario anima a Italia a ser más ambiciosa en sus objetivos de reducción de la deuda en un contexto global en el que los Estados se endeudan cada vez más y los tipos de interés son elevados, donde la Reserva Federal y el BCE ahora podrían tomar decisiones diferentes y hacer levitar el gasto.
El ministro de Economía, Giancarlo Giorgetti, se muestra tranquilo y responde que el Gobierno "ha actuado con seriedad" en las cuentas.
El segundo shock para Italia tras la reunión de Marrakech del Fondo Monetario y el Banco Mundial se produce después de que los expertos del FMI redujeran el martes sus estimaciones del PIB (+0,7% en 2023), retrocediendo desde la revisión al alza realizada apenas en julio pasado.
En la rueda de prensa, el jefe del departamento de presupuesto, Vitor Gaspar, subrayó que "son necesarias ambiciones adicionales en términos de ajuste de las finanzas públicas en un contexto de fortalecimiento de los objetivos que el Gobierno tiene en este ámbito".
Para Gaspar, "la deuda pública disminuirá, pero muy lentamente" (hasta 143,7 en 2023 y luego continuará en 2024 hasta 143,2 y 142,8) "y muy por encima del nivel prepandemia".
Para reducir la relación deuda/PIB hay "dos elementos cruciales: reformas estructurales para aumentar el potencial de crecimiento" y objetivos más ambiciosos.
La invitación/recomendación se produce mientras el Nadef (Documentos de Finanzas Públicas) está siendo examinado por las dos cámaras del Parlamento con la maniobra que debería llegar al Consejo de Ministros el lunes y en vísperas de la llegada a Marrakech del Ministro Giorgetti.
La agencia de calificación Fitch fue aún más explícita al afirmar que el Nadef implica "una flexibilización significativa de la política presupuestaria en comparación con los objetivos anteriores" del gobierno italiano.
El ministro Giorgetti, en Roma, se mostró tranquilo: "Es legítimo que el Fondo Monetario haga esta invitación, después de la cual, como dije y repito, los expertos también leen el contenido del Nadef y más aún cuando leen el presupuesto entenderán que el gobierno italiano ha hecho las cosas con responsabilidad y seriedad".
"Estoy muy tranquilo, luego iré allí también", añadió.
El ministro señaló que el uso de déficits es legítimo en una situación "excepcional" como la actual.
"Me parece que estamos en una situación como esta, ¿o me equivoco? Todos ustedes ven las consecuencias económicas y financieras, creo que el FMI también las ve y en este contexto tratamos de hacer lo mejor que podemos".
Agregó que, "por supuesto, nuestro país está sufriendo la desaceleración general de la economía y en particular de Europa, que se está viendo afectada por el ajuste monetario del BCE".
Sin embargo, la idea de una pausa en los tipos empieza a ganar terreno en Frankfurt: al margen de la cumbre, el presidente del Bundesbank, Joachim Nagel, cuyo país está en recesión, abrió "una pausa".
"La bestia todavía está aquí, pero en cierto modo la hemos domesticado", subrayó, refiriéndose a la inflación.
Sin embargo, desde el otro lado del Atlántico, donde la economía estadounidense muestra signos de salud en términos de consumo y mercado laboral, la Reserva Federal podría continuar con una nueva subida de tipos, como afirmó el miembro de la junta de gobernadores de la Reserva Federal en la Cumbre marroquí Michelle Bowman.
Y la Secretaria del Tesoro, Janet Yellen, también reiteró que confía, dados los datos, en un "aterrizaje suave" para la economía estadounidense donde el ajuste monetario no llevaría a una recesión sino sólo a una desaceleración.
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