Una turista compró una langosta en un restaurante italiano para liberarla al mar.
El particular gesto ocurrió en un restaurante de lujo del paseo marítimo del Golfo Aranci, en la localidad de Gallura, un paraíso de playas en Cerdeña.
La mujer, según testigos, no pudo soportar la idea de que muriera la langosta, contenida en el acuario del restaurante Gente di Mare de Golfo Aranci y lista para ser cocinada a petición de un cliente.
Por eso, la turista suiza que estaba de vacaciones con su marido decidió comprar la langosta e inmediatamente después soltarla al mar.
El episodio ocurrió el pasado jueves por la noche. Ante las primeras miradas incrédulas y luego emocionadas de los dueños del restaurante, Antonio y Gianluca Fasolino, la mujer acarició suavemente al animal y luego lo arrojó al mar.
"Estaba muy feliz, quería hacer un buen gesto", dijo a ANSA Antonio Fasolino.
Alrededor de un kilo es el peso de la langosta que la turista pagó cara y sin pestañear, para luego devolverle su libertad inmortalizada por el celular de su marido quien, feliz como ella, retomó el gesto "heroico".
La noticia publicada en el periódico regional La Nuova Sardegna dio la vuelta en las redes sociales y no faltaron comentarios a favor y en contra del gesto de la turista.
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