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Una dieta anti-cansancio

El exceso de radicales libres es el responsable

ROMA 14 SEPT - El exceso de radicales libres en el organismo es responsable de la aparición del estrés oxidativo y, 14 septiembre 2023, 14:34

Redaccion ANSA

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El exceso de radicales libres en el organismo es responsable de la aparición del estrés oxidativo y, en consecuencia, del cansancio que, en casos más graves, puede volverse crónico, lo que puede combatirse con una dieta equilibrada.
    En el libro del doctor italiano Francesco Garritano, "La fibromialgia es un desafío: se puede vencer", el autor habla de remedios concretos y válidos para vencer el síndrome, pero también presenta indicaciones para el bienestar, para combatir el estrés y el cansancio. Indicaciones válidas para todos.
    Los radicales libres, si se producen en pequeñas cantidades, tienen un papel positivo (por ejemplo, colaboran con el sistema inmunológico) pero, si se producen en grandes cantidades y no son contrarrestados por nuestro sistema detox antioxidante innato, se vuelven perjudiciales para el organismo.
    ¿Por qué? Si hay demasiados, comienzan, como locos, a golpear todas las estructuras celulares, desde la membrana hasta el ADN, haciendo que el sistema caiga en picada y alimentando aún más la inflamación.
    Este es el caso, por ejemplo, de la fibromialgia.
    La falta de la cantidad adecuada de oxígeno en el organismo provoca una mala asimilación de los nutrientes de los alimentos y una acumulación de sustancias nocivas (toxinas) en nuestro organismo.
    La presencia de un número excesivo de radicales libres conduce, por tanto, a la presentación de síntomas como debilidad general y cansancio, pero también mareos, depresión, pérdida de memoria, envejecimiento prematuro, irritabilidad, problemas circulatorios, mala digestión, dolores y trastornos musculares, artritis y complicaciones bronquiales.
    En consecuencia, es importante saber cómo intervenir con una buena dieta, rica en vitaminas y minerales antioxidantes.
    Entre las vitaminas, recordamos especialmente la vitamina A y la vitamina C.
    El término "vitamina A" identifica una gran cantidad de sustancias con efectos biológicos similares al retinol; en particular, compuestos de origen animal, llamados retinoides, y de origen vegetal, llamados carotenoides. Una fuente importante de vitamina A es la yema de huevo, mientras que en el caso de las hortalizas existen buenas concentraciones en hortalizas de hoja verde y frutas y hortalizas de color rojo anaranjado (zanahorias, calabaza, albaricoques, pimientos, tomates, etc.), fuentes de carotenoides y betacaroteno. En cambio, encontramos la vitamina A como retinoide, así como en los huevos, en alimentos de origen animal (carne, pescado y pollo).
    La vitamina C es uno de los micronutrientes que cooperan en el correcto funcionamiento de nuestro organismo, en particular son conocidos sus efectos antioxidantes e inmunoestimulantes.
    Entre los alimentos con mayor contenido en vitamina C recordamos algunas frutas (uvas, grosellas, papaya, piña, fresas, melón, mango, frambuesas, arándanos, kiwis) y los famosos cítricos (naranjas, mandarinas, limones, pomelos) que sin duda merecen una especial atención. Entre las verduras se encuentran pimientos, brócoli, repollo, coles de Bruselas, coliflor, espinacas, grelos, hortalizas de hojas verdes, calabaza y tomates. Buena concentración también en patatas, especialmente nuevas, y en algunas especias como el perejil.
    La vitamina C es sensible a la oxidación y termolábil, por lo que los alimentos mencionados no deben almacenarse por mucho tiempo y es preferible que se consuman crudos o poco cocidos.
    En cuanto a los minerales, el zinc juega un papel muy importante en nuestro organismo y, lamentablemente, muy a menudo nos falta. Las ostras y los mariscos contienen altas concentraciones de zinc, y también es buena la ingesta obtenida a través de alimentos de origen animal (carne, algunos pescados como el arenque, huevos, etc.).
    En cuanto a las verduras, el zinc está presente en los cereales integrales, las verduras de hoja ancha (espinacas y lechuga) y en algunas semillas, como las de calabaza, sésamo y girasol. También se destacan, entre otros alimentos, las setas, los pistachos, las almendras, las nueces, los maníes, la quinoa, el mijo, los anacardos y los piñones. La concentración en legumbres también es buena.
    El selenio es un microelemento, particularmente "micro", porque nuestro organismo necesita una cantidad muy pequeña del mismo. Es uno de los principales elementos de protección contra el daño de los radicales libres y su acción es sinérgica con la de la vitamina E.
    El selenio está presente en cereales integrales y en alimentos de origen animal, como la carne, el pescado y los huevos (especialmente la yema). Entre otras fuentes alimenticias se destacan el germen de trigo (también rico en vitamina E), los frutos secos (almendras, avellanas, nueces, especialmente brasileñas), las semillas de girasol y el ajo.
    El cobre participa activamente en el bienestar de nuestro organismo y en la lucha contra los radicales libres. Entre los alimentos ricos en cobre, los crustáceos (cangrejos y langostas) y moluscos (especialmente ostras), vísceras (hígado, riñones), semillas oleaginosas y frutos secos, gérmenes de cereales (especialmente trigo y centeno) y legumbres (especialmente porotos y lentejas).
   

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